El festival madrileño congregó en su primera sesión a un dream team de artistas y bandas nacionales
El pasado jueves aconteció la primera sesión del Festival Tomavistas, uno de los más grandes en nuestro país y especialmente si nos enfocamos en la música indie y pop. No era una cita cualquiera, se trataba de la primera vez que volvíamos a pisar un festival de tal calibre desde que en 2020 “cerraron todos los chiringuitos de verano”, por los que este representaba un día especial para nosotros.
El Tomavistas ha traído este año importantes nombres internacionales como Slowdive, JUNGLE o Suede, pero también nacionales como Rigoberta Bandini, Carolina Durante o Sen Senra. El primer día, por su parte, se centró en dar luz a bandas y artistas que cubrían un abanico amplio de estilos y que aunque ninguno de ellos es necesariamente mainstream en la radio, colgaron el cartel de sold out yse demostró así que la manera de consumir música cada vez está cambiando más en su forma y estilo.
Se pudo disfrutar así de en una sesión de tarde que terminaba a una hora lo suficientemente prudencial como para poder madrugar al día siguiente. La distribución de los artistas fue correcta, con las bandas sin pisarse o con un solape máximo de dos de ellas. La organización del espacio, que se estableció en el recinto de la feria de Madrid, también supo aprovechar la superficie que tenía. Había sillas y mesas colocadas en una zona con sombras y césped (el suelo en los escenarios era de cemento) y una zona de restauración instaurada a una distancia que te permitía seguir escuchando la música o descansar los oídos si así lo preferías. Los stands de avituallamiento, sin embargo, creaban colas con una espera un tanto excesiva según el momento.
El primer artista al que atendimos fue Rojuu, probablemente la actual persona de referencia en España para referirse al hyperpop aunque este toque muchos palos más. Sin ir más lejos, el viernes después de este bolo lanzó Starina, su segundo álbum en 2022 y en el que abarca estilos rave como el breakcore, el jersey o el hard. De este sin embargo solo interpretó la corta pero enérgica “me la suda”. En su primera mitad, el cantante catalán dio un concierto centrado en “las cantaditas” como ‘Muy lind4’, ‘Umi’ o ‘Un Paseo Mas’, el cual dedicó a su perrita. La segunda parte fue acompañado de su mano derecha Akira, quien ayudó a crear un ambiente más comprometido con el público mientras Rojuu tiraba de las canciones más electrónicas y bailables como su colaboración Saramalacara ‘NANA’, la ‘Tofu Delivery’ o su remezcla de ‘#BrooklynBloodPop!’.
A continuación, el trío Cariño hizo un despliegue de todo su arsenal de canciones incluyendo el nuevo catálogo de su reciente primer disco homónimo muy bien recibido entre el público. A pesar de su corta edad, algunos de sus cortes (como para nosotros ‘no me convengo’) se han convertido ya en himnos instantáneos. Lo bueno de Cariño es que tienen un estilo suficientemente definido pero les gusta experimentar con muchas cosas partiendo de él, por lo que el concierto que dieron fue variado y divertido no solo con éxitos indie/pop como “Bisexual” sino también con la sorpresa electrónica de ‘tamagotchi’ o el pseudoperreo de ‘bonus trap’.
El siguiente fragmento de tiempo lo pasamos entre trashi y Cupido, dos buenos grupos que coincidían en el tiempo pero que se situaban cada uno en una punta del recinto. De trashi cabe destacar que su repaso a su EP LO QUE PASÓ ESE VERANO vino con sorpresa, pues se pasó Pedro LaDroga por el escenario para cantar ‘mañaneo’, la colaboración entre ambos. Y mientras la energía que desprendía este grupo en directo era bastante movido, el ambiente que había entre el público de Cupido era diferente, más vibrante y dando pie a dejarse llevar con su estilo algo más acústico. En este, el grupo repasó tanto su discografía previa como canciones como ‘Un Cabrón Con Suerte’, sencillo previo al lanzamiento de su nuevo álbum.
Rigoberta Bandini fue la siguiente en actuar y con ella llegó el primer llenazo del festival. Así, con un público abarrotado, la artista catalana preparó un escenario con un fondo de lentejuelas brillante e hizo equipo con sus 3 colaboradores de confianza + un grupo de bailarinas para montar un show en el que repasó toda su discografía incluyendo las dos versiones publicadas de ‘Ay Mamá’, su propia versión del ‘LaLaLa’ de Massiel, una versión extra-bailable de ‘Too Many Drugs’ o una coreografía grupal canina en el momento ‘Perra’. El impacto que ha tenido Rigoberta en los últimos meses se hizo palpable cuando no había canción que se librara de ser coreada al unísono y bailada por la gente.
A continuación, mientras Alizzz expuso su disco Tiene que haber más sacando al escenario a la propia Rigoberta o a C. Tangana para cantar ‘Ya no vales’, PUTOCHINOMARICÓN presentó en el escenario 3 su reciente JÁJÁ ÉQÚÍSDÉ (Distopía Aburrida). En esta hora tan movida, lx artista tuvo tiempo para interpretar canciones a piano, pinchar directamente de la mesa, ofrecer coreografías junto a sus dos bailarinxs, repasar temas antiguos y nuevos. Todo ello lo hizo incluyendo además cambios de vestuario y complementos como ese collarín óseo que le servía también de corona por momentos. Fue sin duda una clase maestra de versatilidad sobre el escenario que demostraba mucho trabajo y talento detrás.
Para finalizar, el gran Sen Senra despidió la jornada del Tomavistas tomando protagonismo en un escenario dominado por él y su banda en el que el gallego interpretó una selección de todos sus éxitos como el reciente ‘HAGAN 40ºC’, ‘Euforia’, ‘Me Valdrá La Pena’ o ‘Sentado En Un Jardín Viendo Atardecer’ ante una gran masa de personas. Finalizó así esta primera sesión del Festival Tomavistas con gran éxito, sin dejar ni un momento en el que quererse alejar de los escenarios. Una gran vuelta, ansiada y necesitada, a los macroeventos musicales en nuestro país.
*Imagen de portada y de la crónica hechas por Javier Rosa
