Como broche final al mes de la salud mental, analizamos cómo nos influye la música de forma terapéutica expresada en la musicoterapia
En numerosas ocasiones hemos escuchado que la música es una de nuestras mejores armas terapéuticas para nuestros problemas. Dicha aplicación en nuestra salud converge en una ciencia que está en auge y estrechamente ligada a la música y a la danza. Antes de entrar en un breve marco teórico, cabe recordar una de las frases más famosas que aún persisten en la actualidad. En la Antigua Grecia, época de célebres filósofos, Platón (427 A.C. – 347 A.C.) hizo una paralelismo muy acertado: “La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo“.
La musicoterapia se ha definido como “el empleo de la música por una persona cualificada, para producir cambios positivos en el funcionamiento psicológico, físico, cognoscitivo y social en personas con problemas de salud o con fines educativos”. La musicoterapia es quien se encarga del crear estímulos a partir de piezas musicales en pacientes con fines terapéuticos”. La definición de musicoterapia según la AMTA (American Music Therapy Assosiation) es “el uso controlado de la música con el objetivo de restaurar, mantener e incrementarla salud mental o física. Es la aplicación sistemática de la música, dirigida por un músico terapeuta en un ambiente terapéutico, con el objeto de lograr cambios de conducta”.
Una vez visto en qué consiste la musicoterapia, es importante reseñar la definición de salud. ¿Sabemos qué es realmente la salud? Hasta hace unos años, se percibía el concepto de salud como la simple ausencia de enfermedad. Con el paso del tiempo, y en gran medida gracias a la labor de enfermería, se hizo una visión más global u holística de este amplio concepto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente ausencia de enfermedad”. Tan importante es el sentirse bien físicamente, como socialmente y, el gran desconocido, el bienestar mental.
Durante el mes de mayo en Loud Cave hemos hecho una serie de artículos visibilizando el importancia de la salud mental y su relación con la música. El más reciente es en referencia a diez ejemplos de canciones que abordan el amplio mundo de la salud mental. Todos los detalles los tienes en este enlace. Como broche final a este mes de la conciencia de la salud mental, queremos resaltar los efectos que tiene la música sobre nuestro organismo y cómo funcionan las frecuencias en nuestro cerebro.
En primer lugar, podríamos clasificar el beneficio que produce la musicoterapia en varios apartados, como fisiológicos, bioquímicos o motrices, entre otros. Pero además de estos, vamos a centrarnos en campos que están más estrechamente relacionados con la salud mental. Comenzamos con los efectos cognitivos, donde la música permite el desarrollo de la capacidad de atención sostenida (desarrollar la discriminación auditiva aprendiendo sonidos y ruidos, recordándolos, reproduciéndolos) y facilita el aprendizaje. También permite el desarrollo del sentido de orden y análisis. Ayuda en el proceso de razonamiento y memoria, al igual que permite la relajación, reflexión y meditación. También es buena fuente de estimulación de la imaginación y creatividad y desarrolla la locución y la expresión oral mediante la articulación, vocalización, control de la voz, el canto.
En segundo lugar, dentro de los aspectos psico-emocionales, la música nos ayuda a cambiar nuestro estado de ánimo. Del mismo modo, la música es fuente de placer, de emociones y sentimientos. Uno de los puntos claves es que refuerza la autoestima y la personalidad mediante la autorrealización y permite elaborar pautas de conducta que faciliten la integración social. También nos ayuda a liberar la energía reprimida y permite conseguir el equilibrio personal a través del ritmo. La musicoterapia sensibiliza afectiva y emocionalmente a través de los valores estéticos de la propia música.
También la musicoterapia puede influir en diversos efectos fisiológicos. Concretamente, son varios los autores que afirman la influencia de la musicoterapia en la frecuencia cardiaca y respiratoria. Así, ritmos lentos, melodías con bajo tono y una intensidad suave promueven la reducción del ritmo cardíaco y respiratorio. La música con tonos altos y ritmos rápidos incrementa los parámetros vitales y la influencia del estado de alerta del individuo. Diversos autores señalan que serían necesarios entre 15-30 minutos para conseguir efectos beneficiosos. Según Palmer y colaboradores, 5 minutos de musicoterapia, en materia preoperatoria, disminuye drásticamente la ansiedad en los pacientes. Esto es válido para pacientes de todas las edades, desde recién nacidos prematuros o no, hasta la etapa final de la vida.
Si avanzamos en el análisis del campo de las frecuencias a la que están creadas las piezas musicales, vemos un espectro generalizado entre 432 y 440 hertzios (Hz). Conforme ha evolucionado la historia de la música, estas frecuencias han ido aumentando. La influencia de la música electrónica y del avance tecnológico son algunos de las culpables de este aumento de frecuencias. “Mediante las frecuencias sonoras contenidas en la música podemos modificar el funcionamiento de un ser vivo, dicho de otra forma, sanar y mejorar el cuerpo humano”. Esta última definición es el fundamento de la tonoterapia. Según el Dr. Leonard Horowitz, 528 Hz es una frecuencia central en la “matriz matemática musical de la creación”. Esto esto válido para todos los tipos de música, desde la clásica hasta la electrónica.
La música es un recurso polivalente que nos puede servir de gran ayuda para nuestro día a día. Hemos visto la multitud de efectos positivos que tiene en nuestro cuerpo. No obstante es importante resaltar que la musicoterapia no es un remedio sustitutorio al tratamiento médico, sino todo lo contrario. La musicoterapia es una terapia complementaria, al igual que otras terapias como la iluminoterapia, aromaterapia o terapias asistidas con animales. Todos estos recursos son válidos para mejorar nuestra salud si se utilizan de manera adecuada. Principalmente esto influye en nuestra salud mental, una de las piezas clave del engranaje de nuestra salud. Cuidemos nuestra salud mental para vivir sanos.