La nominación al Grammy que obtuvo Andrew Bayer no es fruto del azar. En su tercer álbum, el productor sigue estirando su potencial y brindando su mejor proyecto hasta la fecha.
Con el historial que tiene el americano Andrew Bayer a la espalda, era imposible pensar que el productor pudiera hacer un mal álbum y, efectivamente, las pocas dudas que cualquiera pudiera tener se disiparían tan pronto como le dieran al play de este tercer y nuevo LP de Bayer, “In My Last Life”. El nominado a un Grammy por la co-producción de “We Are All We Need”, el destacado álbum de Above & Beyond, empezó a dinamitar su carrera cuando fue fichado con 18 años por el veterano trío. Juntos y de manera recíproca, ambos actos hasta el día de hoy se han apoyado en el ámbito musical, un quid pro quo que siempre les ha servido para alcanzar la excelencia.
En una primera mirada al tracklist de “In My Last Life”, ya llama la atención el hecho de que las 8 partes que lo forman son vocales, algo que no es fruto del azar. Para este LP, Andrew ha querido dar una importancia mucho mayor al mensaje que transmiten sus composiciones a través de las dos gloriosas voces de Ane Brun y Alison May, principales vocalistas del álbum y co-escritoras de las letras de este trabajo, diferente a sus dos predecesores por el hecho de que estos eran meramente instrumentales. Las dos cantantes han hecho un gran trabajo en canalizar la percepción amor a través de la vida y la muerte que el productor ha querido contar de una manera realmente cautivadora.
Además, podemos arriesgarnos a decir sin miedo que en la parte de la producción el americano ha dado otro paso adelante. Las emociones siempre han sido una de sus mejores herramientas, y el amplio abanico de estas que el productor desglosa a lo largo de este proyecto lo acerca más que nunca a esa quintaesencia que muchos músicos persiguen para estimular a sus oyentes pero que es tremendamente difícil de alcanzar. Y es que así suena este “In My Last Life”, puro, cristalino. Las épicas canciones de Bayer, que ya han logrado llamar la atención del mismísimo Sir Elton John al haber sido pinchado en su programa de Apple Music, abren una brecha y nos invita a sumergirnos en un mundo alternativo en el que la parte orgánica representada por los instrumentos se pasea por parajes artificiales creados por los más delicados sintetizadores, y cada detalle al que ha prestado a querido dar importancia el productor ha quedado latente.
El openner este largo, “Tidal Wave”, te adentra en la peculiar atmósfera de Bayer desde el profundo silencio. Los beats, aunque electrónicos, ganan naturalidad al simular latidos de corazón que se te quedan grabados en el oído, especialmente en el momento en el que se aceleran para dejar fluir las melodías distorsionadas junto a la voz de Alison en la segunda mitad. “Love You More” se presenta con un comienzo espacial para dejar paso a los ritmos downtempo y los sonidos envolventes que se acaban apoderando de la canción y ganan presencia en los chorus.
“Open End Resource” es un bello híbrido que une los ritmos “houseros” con la delicadeza de las guitarras, acústicas y eléctricas, que acompañan al resto de la producción y a la vocalista, la cual es difícil que no te ponga el vello de punta en los momentos más corales de los estribillos. En “Hold On To You” Ane Brun aporta el comienzo perfecto en un breve solo a capella para que rápidamente se entrometa un patrón rítmico de mayor complejidad que en el resto de temas. Como en el mundo al revés, en el primer estribillo disminuye la cantidad de producción para darle un mayor protagonismo a la vocalista que canta a aquellos que nos han dejado hace poco pero nos seguimos queriendo aferrar. A partir de este momento, casi hueco, son cada vez más elementos, electrónicos e instrumentales, los que unen sus fuerzas para alcanzar un clímax final que, al igual que en su comienzo, deja casi al desnudo la voz de Brun.
El tema que bautiza al disco, “In My Last Life”, trata el tema del amor con la metáfora de la reencarnación, y transmite cierto sentimiento de añoranza con esas guitarras que hacen eco, pero todos los arreglos de cuerdas en general son los verdaderos protagonistas que inundan los casi 7 minutos del track, acompañados de un ritmo simple y melodías evanescentes. “Immortal Lover” denota una dirección más experimental y oscura, con beats impredecibles y synths agresivos que se ablandan en los estribillos, donde quedan en un segundo plano y contrastan los versos siendo mucho más sensibles.
A continuación está “Your Eyes”, tal vez la canción más upbeat y bailable del álbum, que aunque comience de una manera más tímida la energía termina por explotar en el primer estribillo y, aunque pudiera parecer que la voz de Ane Brun solo sirviera para baladas, esta demuestra su versatilidad en este gran track lleno de optimismo que narra los mejores momentos en una relación. Y para terminar, como no podría haberlo dicho mejor, “The End Of All Things”, un apoteósico maremágnum de sonidos que incluye un gran número de recursos para aportar la grandiosidad que merece el final de este épico LP, desde un gran número de vientos a melodías crecientes que llegan a un pico de gran explosividad.
Podemos decir que “In My Last Life” es uno de los álbumes que más nos ha gustado en todo lo que va de año. El trabajo, el mimo y el tiempo dedicado por Andrew Bayer para llegar a este gran resultado final han valido la pena y ahora quedará para toda la posteridad. Pincha a continuación para escuchar el álbum al completo, que posee la versión original y otra con los tracks menos largos:
