La superestrella de Texas vuelve al formato LP para desahogarse sobre sus vicios, cargas mentales y errores
Han pasado cerca de tres años desde el lanzamiento de Hollywood’s Bleeding, tercer álbum de estudio de Post Malone. Durante este tiempo, le hemos visto bastante desaparecido de redes sociales (algo normal por su parte) pero sobre todo en lo musical. Sólo cinco sencillos había sacado hasta que liberó el primer single de su nuevo álbum, y de esos cinco, tres fueron featurings para otros artistas y uno un tema promocional para Pokémon. A principio de año, el manager del artista dejó caer que el nuevo álbum no salía porque el sello no dejaba que saliera; mientras, Post Malone daba señales de vida con ‘Motley Crew’, un corte de trap bastante genérico que nos desconcertó un poco.
Todo se ha resuelto ahora con el esperado lanzamiento de Twelve Carat Toothache (título referente a los diamantes por valor de casi 2 millones de dólares que lleva Post en sus colmillos), cuarto disco del tejano con el que termina de desligarse de la etiqueta de rapero. Y es que con cada álbum que Post Malone ha lanzado, hemos visto como se acercaba más al pop, al RnB, a lo acústico, y dejaba más de lado los ritmos urbanos con los que empezó. Si en Hollywood’s Bleeding le escuchábamos en vertientes más rockeras, en este nuevo proyecto le vemos metido de lleno en las baladas, que aunque ahora son protagonistas, llevan estando presentes en la carrera de Post desde Stoney.
La intro a este Twelve Carat Toothache es ‘Reputation’, un corte deprimente donde a la voz de Post le acompaña poco más que un piano para desahogarse sobre la presión de ser una superestrella, admitiendo que este estilo de vida le está pasando factura. Estos pensamientos le acompañan durante gran parte del álbum, haciendo de este el más introspectivo hasta la fecha y a la vez más deprimente.
‘Euthanasia’ y ‘Waiting For A Miracle’ son los que llevan estos tema al extremo en el álbum. El primero presenta una instrumental discreta y lenta, donde la voz de Posty vuelve a ser más que protagonista. Aquí el artista dice directamente que espera la muerte como algo que no le va a doler, una eutanasia con un coro de ángeles llevándole. En ‘Waiting For A Miracle’, una especie de interludio a piano, directamente pide que no dejen un arma de fuego cerca suya.
También hace referencia a sus evidentes problemas con el alcohol en ‘Love/Hate Letter To Alcohol’ junto a Fleet Foxes. Una canción donde la banda aporta una música épica mientras Austin le habla directamente a su adicción, diciendo que es lo que le mete en problemas y le arruina las noches, y a la vez lo que le hace olvidar lo malo.
Más allá de esto escuchamos otro tipo de baladas como ‘Wrapped Around Your Finger’, donde sobre un ritmo alegre, Post habla de un amor del que es dependiente y por el que sufre. Éste nos recuerda bastante a su mega éxito ‘Circles’ tanto por el vibe como por la temática. También el notable ‘Wasting Angels’ con The Kid LAROI, que, en palabras de Post Malone, es “una canción de celebración de la vida y de luchar a pesar de todo, porque es un bonito regalo que se nos ha dado”. Sobre esta canción, Posty también se mostró muy contento de haber podido trabajar con el “alma hermosa” de The Kid LAROI.
En una especie de pack vienen ‘I Like You (A Happier Song)’ con Doja Cat y ‘I Cannot Be (A Sadder Song)’ con Gunna. Aunque una tiene una temática más desenfadada y la otra algo más triste como advierten los títulos, ambas son de las canciones más alegres y pegadizas en cuanto a lo musical. Dos cortes de pop-trap fáciles de escuchar que difieren bastante de la línea general del disco.
Y en cuanto a lo poco puramente urbano del proyecto, podemos escuchar el que salió como single, ‘Cooped Up’ junto a Roddy Ricch e ‘Insane’. El primero es un trap lento y con vibe de celebración, donde Post habla sobre volver a la fiesta después de haber estado parado todo este tiempo por la pandemia. ‘Insane’ por otro lado, saca el estilo más agresivo de Posty donde presume de robar parejas, también con un pegadizo trap.
A pesar de todo lo oscuro y preocupante que escuchamos en este Twelve Carat Toothache, hay que decir que Post Malone contó en una entrevista con Apple Music que esto ha sido una etapa muy mala de su vida de la que ya ha salido. El cantante, que está esperando su primer hijo confesó: “Ahora soy el tío más feliz del mundo, estoy muy emocionado”…”Me estoy preparando para cuidar de mi familia, mudarnos… Es tiempo de volver a casa”. Este es sin duda un álbum de transición entre fases de la vida de Post Malone, donde esos problemas personales han hecho que sea de esta forma, lleno de baladas y con menos canciones escandalosas y celebrativas. No es ni de lejos su mejor proyecto, pero tampoco es uno malo; sólo quizá demasiado discreto.
