Música, gente con ganas de baile y un reluciente sol hicieron de la sexta edición del festival danés un éxito absoluto.
¡Muy buenas cavernícolas! La temporada veraniega de festivales dió comienzo hace ya algunas semanas y desde la cueva tuvimos la suerte de poder asistir una vez más al festival Tinderbox, en Dinamarca.
Ya asistimos a la quinta edición del festival en 2019, donde lo pasamos genial y donde también pudimos charlar con algunos artistas como EDX, al que entrevistamos. Por desgracia la crisis mundial provocada por el COVID-19, Tinderbox se vio obligado a cancelar sus ediciones en 2020 y 2021. Pero eso es pasado y este 2022 el festival celebrado en Odense ha vuelto con más ganas que nunca y en Loud Cave hemos sido testigos de la sexta edición de Tinderbox en primera persona.
Pese a que el festival comenzó en jueves, nosotros solo pudimos asistir durante el viernes y el sábado. Nuestra experiencia comenzaba en un viernes soleado y con temperaturas por encima de los 20 grados, una combinación que no suele darse muy a menudo en el país escandinavo. Es por ello que a nuestra llegada al festival alrededor de las 15:00 ya nos topamos con el recinto bastante lleno y las zonas de conciertos abarrotadas.
Un acceso fluido y un amplio personal por parte del festival hizo que pudieramos haber llegado a nuestro primer show en apenas 5 minutos desde nuestra llegada a las puertas de entrada. Pero ese no fue el caso, y es que de nuestra pasada experiencia sabíamos que Tinderbox tiene tantos rincones que no pudimos evitar el echar un vistazo a todo el recinto antes del baile. El bosque del milenio ya es fantástico de por sí para un festival, pero las diversas esculturas, puestos de comida, zonas de talleres interactivos, puntos donde conocer a nuevos amigos e incluso un robot industrial –Odense cuenta con uno de las industrias robóticas referentes de Europa– con el que jugar al “tres en raya” nos confirmaban que lo ibamos a pasar genial en Tinderbox.
Acto seguido aparecíamos por Magicbox, el escenario dedicado a la electrónica del festival. En él vivimos grandes actuaciones en la tarde del viernes como el live del dúo sueco Jübel, las sesionazas de los australianos Shouse –una de nuestras favoritas–, Imanbek o Purple Disco Machine. La representación nacional danesa también estuvo presente en Magicbox con artistas como Rikke Darling, Hedegaard y TooManyLeftHands. Mientras tanto fuimos pasando por otros escenarios para disfrutar de todos los géneros que Tinderbox nos ofrecía; pop, rock, hip hop y remember. Bandas como Aqua nos transportaron a los 2000 con su “Barbie Girl” mientras que DJ Sash! dió una lección de DJing poniendo patas arriba Groovebox, una carpa que al alemán se le quedó cuanto menos pequeña. Nuestro viernes terminaba con rock al ritmo de la famosa banda y cabeza de cartel Muse, uno de los platos fuertes del festival sin ninguna duda.
Nos quedamos con tantas ganas de más que el sábado llegamos al festival justo para la apertura de puertas, unas horas antes de las primeras actuaciones. Durante este tiempo aprovechamos para en varios talleres de arte y manualidades, hablar con personas de la organización del festival o ver con calma los distintos espacios que el festival ofrecía.
La música empezaba el sábado para nosotros con el artista danés Andreas Odbjerg, con el que vivimos un show muy refrescante y donde nos encontramos al Red Scene a rebosar no llegando a ser ni las 15:00. Acto seguido volvíamos a Magicbox, donde pasaríamos el resto del día. En él pudimos disfrutar de artistas que ya conocíamos y de algunos que eran nuevos y que nos sorprendieron gratamente. Este fue el caso de Yo Johnny, el joven artista danés y sus dos MC’s subieron los niveles de energía hasta las nubes con su tech-house. Otra de las sorpresas fue Acraze, al que veíamos por primera vez y que nos dejó maravillados encadenando hit tras hit hasta cerrar su set con el clasicazo “The Island” de Pendulum. El neoyorquino nos demostró de primera mano que su “Do It To It” no es el único motivo por el que estará recorriendo los escenarios de los mejores festivales durante este verano.
Más artistas a los que ya conocíamos un poco mejor también se dieron cita en Magicbox durante la tarde del sábado para hacernos bailar de lo lindo. El dúo sueco Rebecca & Fiona nos trajo remember y trance en una tarde en la que el house fue el género predominante. Chocolate Puma, Hayden James, Vintage Culture u Oliver Heldens también trajeron sus mejores ritmos para hacer bailar a un público que parecía insaciable. Tinderbox terminaba para nosotros con el –para muchos– show más destacado del festival, Imagine Dragons. El grupo americano concentró a una masa de público que inundaba hasta el más pequeño recoveco alrededor del Red Scene. Clásicos y no tan clásicos que nos pusieron a todos a cantar hasta el último minuto donde disfrutamos de un cierre con un espectaculo pirotécnico.
Tanto el viernes como el sábado nos dejamos caer también por los espacios “alternativos” del festival. Y les llamamos así porque no eran los escenarios principales, pero también había música y artistas en ellos. Estos eran “Moonshine”, “Smutvejen” o “Forum”. Pequeñas zonas temáticas donde el artista actuando no tenía un papel principal, mientras que el espacio en si, los food trucks y la decoración si. Ambientes vintage, música disco, charlas y otras actividades se dieron lugar en estos espacios del festival.
Esta sexta edición de Tinderbox Festival nos ha dejado grandes momentos para el recuerdo, pero hay varias cosas que en nuestra opinión se podrían mejorar de cara a futuras ediciones. Lo de que el tech house está más de moda que nunca es un hecho, y eso combinado con que la mayoría de los artistas que pasaron por Magicbox eran del género house hizo que la progresión de las sesiones fuera lenta y algo pesada en algunas ocasiones, donde los ritmos –e incluso los temas– se repetían de sesión en sesión. El aforo de este escenario es limitado, lo que también hizo que tuvieramos que esperar para acceder al mismo repetidas veces. Por último, y esto ya es cuestión de gusto personal, el diseño del escenario. Esta sexta edición nos ofrecía un diseño totalmente renovado con motivos navales donde el escenario era el casco y la cubierta de un barco pirata. La idea es fantástica, pero al resultado final le faltaba algo de profundidad y detalles.
Esto fue Tinderbox 2022 para nosotros. Ha sido un auténtico placer estar en un festival que cuida tanto los detalles, y esperamos volver en próximas ediciones. Pronto os traeremos una entrevista con uno de los miembros de la organización del festival, con el que estuvimos charlando sobre sostenibilidad en los festivales. ¡Hasta la próxima, cavernícolas!
