El productor estadounidense Black Noi$e nos brinda “OBLIVION”, un álbum muy particular que de seguro no dejará indiferente a nadie.
Poco sabemos del productor Black Noi$e, más allá de lo que se pueda encontrar en sus perfiles de Instagram y Twitter o su canal de YouTube. Y esto quizá ayude a amplificar el aura misteriosa y extraña que encontramos en “OBLIVION”.
La historia comienza hace años, cuando el rapero Earl Sweatshirt firma con Warner Bros y crea el sello Tan Cressida, a través del cual comenzó a sacar sus trabajos. Uno de los primeros fichajes para el sello fue el DJ y productor que le acompañaría en directo durante sus giras. Y este no fue ni más ni menos que Black Noi$e.
Varios artistas son los que mano a mano han colaborado a construir este álbum. Y de entre todos ellos cabría destacar la presencia de ZelooperZ, Danny Brown, bbymutha, Pink Siifu, duendita y el mismo Earl Sweatshirt entre otros. Todos los implicados han sido los encargados de la parte vocal del proyecto, la cual se ve complementada por un apartado de producción enteramente realizado por Black Noi$e, con resultados interesantes cuanto menos.
El tracklist del álbum consta de 13 temas, alcanzando los 23 minutos de duración. De estos 13 cortes, 11 son los temas en los que el productor ha contado con vocalistas, siendo “14 trillion” y “33” dos temas instrumentales de producción pura.
En concreto es el anteriormente mencionado “14 trillion” el que abre el disco y el que nos deja entrever los derroteros que el álbum recorrerá. El sonido del proyecto varía entre los temas, pero todos ellos comparten una característica principal: el aura oscura y saturada que transmiten. Por un lado tenemos temas que gozan de un aire más melódico y desenfadado, como en “Glitch” o en “The Band”. Por otro lado encontramos temas con un aire más agresivo y violento, como en “Oblivion” o en “Mutha Magick”. Y en otros como “14 Trillion”, directamente encontramos el caos y la saturación que definen a este proyecto.
Con respecto al apartado visual se refiere, “OBLIVION” cuenta con clips para los 13 cortes, aunque no de una forma convencional. Salvo los clips de los temas intrumentales, todos constan de una parte visual “proyectada” en una especie de estación espacial que hace de fondo, acercándose más a un visualizer que a un clip convencional.
Para concluir, solo cabe resaltar que se trata de un álbum extraño a la vez que interesante. El aura que desprende es carismática y única, aunque no está hecha para todos los oídos. La producción y el apartado vocal encajan de una manera espectacular, y el concepto general desprende personalidad por cada uno de sus poros.
