Viña Rock desata la polémica con el “Bono ducha”

El conocido festival español ha anunciado el lanzamiento del bono ducha, un complemento extra para aquellos que quieran disfrutar de este servicio de forma ilimitada.

Todos sabemos que llevamos prácticamente dos años sin disfrutar de un festival como dios manda. La verdadera época llegará en 2022, al menos si no hay contratiempos. Ahí será cuando el público se reencontrará con sus queridos y olvidados festivales, los cuales marcan un punto más que importante en nuestras vidas.

La cuestión llega cuando, a raíz de la esperada vuelta, se comenten ciertos abusos. Y que no se nos malinterprete, cada organización y festival gestiona su organización y funcionamiento como desea. El equilibrio perfecto se encuentra cuando un festival cuida a su público y a su vez este se compromete con el mismo comprando su abono. Ese es el inicio y final feliz.

Viña Rock es un festival que no tiene entradas con o sin camping. Sólo hay un tipo de abono -más allá del glamping-, el cual da acceso a la zona de descanso desde la cual puedes instalar tu tienda de campaña. El festival se celebra los días 28, 29 y 30 de abril de 2022, y celebra su veinticinco aniversario.

Pues bien, entre los servicios extras disponibles se encuentra el “bono ducha”. Cuatro euros más los míticos “gastos de gestión” -un concepto que de por si lleva trayendo polémica años en la escena-. El resultado final es que, probablemente cueste unos cinco o seis euros. ¿Y para qué es este suplemento? Pues bien, para poder ducharse de forma “ilimitada” con agua caliente en unas nuevas instalaciones creadas para el festival, que contarán entre otros servicios con taquilla.

Imagen de su web donde ofertan el servicio.

Y entonces, ¿cuál es la otra opción si no quieres desembolsar esa simbólica cantidad de dinero? Pues bien, el resto de duchas también cuestan dinero, aunque ficticio del festival. Un token por servicio, y viendo cómo está el percal, lo más probable es que sea por pocos minutos y con una dudosa agua caliente. Estos tokens son la moneda con la que los asistentes pueden comprar la bebida en el recinto. Únicamente la bebida, y no la comida. Por lo tanto, más dinero. El abono ronda actualmente los sesenta euros -más gastos, cómo no-.

Por lo tanto, más allá del simbólico precio, estamos hablando de que los asistentes, aparte de su abono, tendrán que pagar de una forma u otra para recibir un servicio mínimo: poder ducharse en un festival. Sea Viña Rock o sea Tomorrowland, en un festival nunca pueden faltar tres cosas: baños públicos, duchas y agua potable. Todo ello gratuito, pudiendo el asistente pagar un precio por el servicio si quiere disfrutar del mismo con una “mayor calidad y garantía”.

Esto es algo que defenderemos siempre a capa y espada. Cuando en un festival la música y los shows pasan a un segundo plano, algo falla. Y no dudamos de que el veinticinco aniversario de Viña Rock será apasionante, y que la organización en ningún caso busca mermar a sus asistentes. Pero, al menos desde nuestra perspectiva, este planteamiento es un error. Cuidemos a los asistentes a la vez que estos cuidan de nuestra industria musical. Sólo así la simbiosis llegará a buen puerto.

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