Hablamos con Rafa Val de Viva Suecia sobre llenar conciertos, sobre colaborar con artistas, sobre Murcia y sobre ser consciente de todos y cada uno de los pasos del camino
Por Ricardo Ruiz (Instagram/X)
Este domingo por la mañana, Viva Suecia tuiteaba una imagen de febrero de 2016, en la que aparece Rafa Val, líder y vocalista de la banda, montando su pedalera para comenzar el concierto de presentación de Otros principios fundamentales, su primer disco, en la sala Coribou de Albacete.
Sea por la característica nostalgia que invade a los domingos o por el lógico nerviosismo que deben sentir los murcianos esta semana, Viva Suecia quiso homenajear un concierto de hace ochos años ante 70 personas a apenas cinco días del que quizás sea el mayor hito de la banda hasta la fecha: llenar el WiZink Center.
Así lo explicitan en dicha red social: “En una semana hacemos el WiZink, aún no comprendemos cómo ha podido pasar esto, pero ya que ha pasado ¡Vamos a disfrutarlo, coño!”. Quizás Rafa, Jess, Alberto y Fer no comprendan lo que significa llenar un WiZink Center con seis meses de antelación, pero lo que está claro es que sí son plenamente conscientes del camino que les ha llevado hasta ahí, el cual comenzó hace ahora más de diez años.
Hablamos con Rafa Val sobre llenar conciertos, sobre colaborar con artistas, sobre Murcia y sobre ser consciente de todos y cada uno de los pasos del camino.
Loud Cave: En 2023 cumplisteis 10 años como banda y lo vais a celebrar con vuestro primer WiZink Center (2 de marzo), un hito que llega cuando ya estáis más que asentados como una de las bandas referentes de rock alternativo en España. Ya sois cabezas de cartel indiscutibles en todos los festivales a los que vais y llenáis todas las salas en las que actuáis, ¿se ha hecho demasiado de rogar este primer WiZink?
Rafa: No, para nada, para nada. Una de las cosas de las que más orgullosos nos sentimos es de que hemos hecho las cosas cuando teníamos que hacerlas y de que la banda ha tenido un crecimiento progresivo. De igual manera, notamos que la gente que acaba de sumarse al proyecto es gente que lo ha hecho de manera paulatina y que se ha ido acercando al proyecto poco a poco, que se ha impregnado de lo que hacemos y que al final ha decidido quedarse con nosotros. Eso es lo que más valoramos. Hacemos el Wizink en el momento que queríamos hacerlo, en el momento en el que pedía la banda hacerlo. Y teníamos muy claro, cuando dijimos “vamos a hacer el WiZink”, que queríamos que fuese con la intención de llenarlo. Y al final nos ha superado todo. Se llenó con seis meses de antelación, o sea que sí, nos ha sobrepasado todo un poco, pero ha sido una consecuencia de diez años de trabajo, de ir poco a poco. E incluso, después de esto, ahora mismo la banda sigue creciendo. Y es muy bonito que sea así, pasito a pasito.
LC: Y después de diez años de trayectoria, ¿cómo afrontáis este nuevo hito que supone llenar un WiZink? ¿Sentís ese nerviosismo, ese miedo incluso, que sentíais al principio de todo, el que surge con las ‘primeras veces’?
R: Es que en realidad nunca lo hemos perdido. Es otra de las partes buenas: que después de diez años seguimos teniendo esos nervios, esa responsabilidad… El año pasado por estas fechas estábamos haciendo tres ‘Rivieras’. Y estábamos al mismo nivel de exigencia, de responsabilidad, de ilusión… Es el nerviosismo de hacer una gira en salas y, por suerte, agotarlo todo. Hemos hecho una gira de festivales, hemos viajado a muchos sitios, hemos estado componiendo y grabando en Islandia, además de grabar en México… Todo en nuestra carrera acaba convirtiéndose en un hito, en una cosa nueva, en un aprendizaje, en un descubrimiento. Eso también mantiene la llama encendida. Eso es lo bonito de nuestra profesión y del momento que vivimos.
LC: Precisamente, os quería preguntar también por el viaje a Islandia. ¿Qué tal esa experiencia? Irse varios días a Islandia a componer no es algo que hagan muchas bandas…
R: Maravilloso. Es una cosa que no teníamos por qué hacer. Es una cosa que hemos hecho simplemente porque queríamos tener esa experiencia, queríamos vivir eso y queríamos hacer algo distinto una vez más. Y queríamos ponernos a prueba otra vez. Queríamos ver qué pasaba si nos íbamos una semana a Islandia sin nada, hacer una canción y grabarla, en un sitio que es radicalmente distinto a España en absolutamente todo. Y lo que queríamos es eso, volver a caminar sobre la cuerda, a ver si llegábamos de un extremo al otro vivos… y hemos salido reforzados. Hemos aprendido un montón. No sé, todo el tiempo estamos buscando nuevos horizontes e Islandia ha sido uno más.
LC: Terminasteis 2023 con la reedición de El amor de la clase que sea. Vosotros mismos definisteis este álbum como el disco más luminoso y libre que habéis hecho, ¿por qué lo consideráis así?
R: Yo creo que estas dos últimas colaboraciones [las incluidas en la reedición de su último álbum] son como la guinda definitiva a este discurso que hemos estado prodigando alrededor de El amor de la clase que sea. Hemos hecho “Hablar de nada” con Valeria y “Gracias” con Rozalén y Las Migas. En ambos casos nos hemos ido a puntos que estilísticamente están muy alejados de lo que supone esta banda. Esto lo que hace es confirmar que vivimos un momento en el que hacemos exactamente lo que queremos hacer, lo que nos pide el cuerpo, independientemente de que pueda sonar o tenga que ser de una manera determinada. De repente, decidimos coger dos canciones que eran de nuestras favoritas, que no fueron single y que cuando salió el disco la gente empezó a reclamar y en vez de repetirlas con voces nuevas, lo que hemos hecho ha sido destruirlas, llevarlas a otro sitio totalmente distinto y dejar que tanto Valeria como Las Migas o Rozalén aporten su inconmensurable talento, nos lleven un poco a su terreno y nos hagan aprender cosas que antes no sabíamos. Entonces, pues, sí, creo que no hace sino reafirmar la libertad de la que hablábamos hace un año, que ahora mismo es, si cabe, mayor.
LC: Y hablando de las colaboraciones, esta reedición de El amor de la clase que sea trae colaboraciones muy distintas entre sí. Más allá de las de Valeria Castro, Rozalén y Las Migas, que tienen una vocación bastante folklórica, en este proyecto también aparecen nombres tan variopintos como Luz Casal, Leiva o Dani Fernández. ¿De qué manera se han retroalimentado sus estilos y el vuestro? ¿Qué habéis aprendido de estas colaboraciones y cómo surgieron?
R: Pues de la manera más natural. Primero, desde la admiración. En el caso de todos ellos y todas ellas, lo primero que había era admiración. Al final, lo que haces con una colaboración es meterte dentro de su vida, de su manera de crear, de ver la industria, de ver la composición, de ver la manera de cantar, la forma de trabajar en un estudio… Te metes en todo el torbellino de emociones y de procesos de cada uno de ellos y de todos extraes algo. Y todas esas cosas que aprendes se van poniendo en práctica al hacer nuevas canciones. Se ve incluso en la manera de pensar en cómo funciona todo esto que llamamos “hacer música”. Tenemos un cachito de todos ellos dentro de nosotros y lo estamos continuamente poniendo en práctica. Además de que ellos nos hacen mejores a nosotros. Y eso también es un talento: saber rodearte de gente que es mejor que tú y saber aprender de ellos también es un talento y hemos tenido muchísima suerte de que todos ellos hayan querido estar en Viva Suecia por un momento, formar parte internamente de lo que es esta banda, que no deja de ser un una familia, incluso una ONG musical, jajaja.
LC: Claro. Yo siempre he considerado que Viva Suecia es una banda a la que le gusta experimentar con el sonido, pero que a la vez tiene un estilo muy marcado, muy propio. Por ejemplo, si nos vamos a vuestro primer largo, La Fuerza Mayor, vemos un disco más pausado que este último, que es mucho más rockero. Sin embargo, incluso si nos retrotraemos al primer EP, ya suena muchísimo a Viva Suecia y a lo que seguís haciendo. ¿Cómo conseguís mantener vuestro estilo propio y a la vez conseguís experimentar con nuevos sonidos y nuevas formas de hacer música?
R: Jo, me parece un piropo. Te lo agradezco muchísimo. Simplemente es que no estamos ahí. O sea, quiero decir, cualquier persona no escucha exactamente la misma música con 20 años que con 30 y con 40. A mí, por ejemplo, siempre me ha gustado mucho AC/DC, pero hace diez años que no me pongo un disco de AC/DC. En estos últimos diez años he pasado por mi época Leonard Cohen, he pasado por mi época The National, he pasado por mi época Iván Ferreiro… Todos ellos están en mí. Los sigo escuchando, tengo épocas que más, tengo épocas que menos, pero si yo cambio de gustos musicales, aunque siga conservando los anteriores referentes, es inevitable que eso se vea reflejado en la manera que tenemos de hacer música, de buscar otras cosas. De la misma manera que el oyente cambia de gustos en diez años, el músico, que también es oyente, cambia de gustos y de influencias y, por lo menos en nuestro caso, no nos gusta quedarnos parados en una misma etapa. Primero, porque nos aburrimos, nos parece que lo que teníamos que decir ya lo dijimos y que lo que nos apetece es decir otras cosas y decirlas de otra manera. Creo que lo más sano para una banda es estar en constante movimiento.
LC: Esta es una pregunta que, seguro, os han hecho miles de veces, pero hablando de orígenes y evolución, es inevitable preguntaros sobre este tema. Hay una banda que el año pasado llenó tres ‘Rivieras’, como vosotros en 2022, y que este año va a llenar su primer WiZink, como vosotros en unos días. Además, son de Murcia, como vosotros. El boom que han pegado es muy parecido al vuestro. ¿Os sentís identificados con Arde Bogotá?
R: Por supuesto. Pero su boom ha sido mucho más rápido y mucho más meteórico. Y joder, es una alegría. Es bonito ver como de un sitio aparentemente olvidado de la geografía española acaba saliendo tanta gente que demuestra que tenemos muchas cosas que decir. Por nuestra parte, que una banda de gente currante, de gente que además son muy buenas personas, que son una banda de rock, una banda de guitarras, que tienen lo que se merecen… pues es una alegría. A nosotros nos afecta positivamente que a gente como ellos les vaya así de bien.
LC: Es curioso lo de Murcia. Siempre se habla de escenas como la de Granada o la de Madrid, pero apenas se habla de la escena murciana, que ha demostrado en los últimos años ser muy prolífica y de muchísima calidad. Como tú decías, al fin y al cabo parece una parte olvidada dentro de España… ¿Qué tiene Murcia para estar ahora aunando tantísimo talento musical?
R: Esto es una cosa que viene de muchísimos años atrás. En Murcia siempre hubo muchos músicos, muchos estilos musicales, mucha gente que tocaba muchos proyectos diferentes a la vez. Y no solo eso. Nosotros tenemos un círculo de amigos en el que hay periodistas, escritores, hay músicos, hay gente que pinta… y ninguno de nosotros lleva por bandera una supuesta superioridad intelectual, ni nada por el estilo. Somos gente muy normal, con vidas muy normales, que disfrutamos de las misma cosas y, a la vez, nos estamos influyendo artística y personalmente los unos a los otros de manera constante. Y eso es muy enriquecedor, porque las disciplinas son distintas, pero los procesos son muy parecidos, y estamos continuamente aprovechándonos los unos de los otros, en el mejor de los sentidos, para seguir creando, para seguir aprendiendo. Entonces, creo que el gran mérito de Murcia es ese: que hay mucha gente haciendo de todo y que somos muy colaborativos los unos con los otros. Somos muy altruistas.
LC: Después de conseguir el Disco de Oro con este último álbum, después de anunciar un sold out con seis meses de antelación en el WiZink Center ¿Qué tenéis preparado para superar estos dos hitos?
R: Pues tenemos estas dos colaboraciones que hemos sacado. Estuvimos en Islandia: ya veréis el resultado. Fuimos a componer a Riópar: ya veréis el resultado. Hemos pasado una semana grabando en México: ya veréis el resultado. Nos volveremos a ir a México después del WiZink: ya veréis el resultado. Empieza la gira en festivales… y ya veréis el resultado, jajaja. Hemos cumplido 10 años como banda y habrá más resultados. Hay sorpresas nuevas por estos 10 años. Todas estas cosas que he enumerado han pasado antes de terminar la gira de El amor de la clase que sea, así que hay muchos resultados aún por ver.
LC: ¿No os planteáis, entonces, un parón de directos después de la gira de festivales para empezar a grabar, no sé… Otro disco?
R: Hay cosas preparadas en el horizonte, pero digamos que el 2024 está planificado ya.
LC: ¿Y qué le pedís vosotros a este año, el de vuestro 10º aniversario?
R: Que nos siga dando lo que nos ha dado durante estos diez años, que no es más que ilusión por lo que nos está pasando, ilusión por buscar cosas nuevas, ilusión por seguir aprendiendo e ilusión por mantener intacto el amor y el respeto que nos guardamos.