La gira del holandés, que acaba de comenzar, pasó por la capital para dejar con un gran sabor de boca a sus fans más fieles, que también le hicieron disfrutar a él.
Como apuntábamos en nuestra previa del concierto, no es sencillo ver a un artista como DROELOE en España si no es dentro del cartel de un festival. El ex dúo lleva años consolidado en su campo, pero es obvio que no es el tipo de música con muchos seguidores en nuestro país. Con esa premisa, el anuncio de su gira “UNEXPECTED ODYSSEY” con las fechas de Madrid y Barcelona, nos sorprendió y alegró al mismo tiempo.
Después de pasar por la ciudad condal el viernes 12, era el turno de la capital. Sin el cubo luminoso que le acompaña en los escenarios de sus shows, pero con su tema “Strangers” recién estrenado, Vincent llegó dispuesto a ganarse al público madrileño. Y así lo hizo desde el primer minuto, todo el rato sonriente y comenzando la noche con su repertorio más ‘suave’.
Uno de los primeros grandes momentos fue cuando sonó su mítica colaboración con San Holo “Lines Of The Broken”. La sala, llena tanto de fans de DROELOE como de San Holo, empezó a entonarse para todo lo que vendría después. Una de esas cosas que vendrían sería la interpretación de “Bon Voyage” con una trompeta. Lo cierto es que desconocíamos esta faceta de sus shows, que más tarde volvería a utilizar y que aporta mucha clase a la actuación.
En este momento el público ya estaba entregado, pero Vincent decidió ir más allá y seguir probando cosas antes de entrar de lleno en su repertorio propio. Tuvimos entre diez y quince minutos de drum n’ bass, y no precisamente melódico ni mainstream. Aún así, el público allí presente no le hacía el feo a ningún tipo de bass music y disfrutó de temas como el “Substance” de Annix.
Después de esto ya no quiso quitar el pie del acelerador y, aunque entró de lleno en sus propios temas, encontró la fusión perfecta entre melodía e intensidad. A estas alturas el público le mostraba su amor con cada drop, y Vincent se lo devolvía con sonrisas, gestos de agradecimiento, y vueltas alrededor de la mesa. Pareció como si público y artista ya se conocieran de antes o fueran amigos de toda la vida, la complicidad era máxima. Entre todo este repertorio escuchamos un mashup de “I Fall Apart” de Post Malone con “Kintsugi”, “Backbone”, distintos drops con “Virtual Friends, su remix a “We Were Young” de Petit Biscuit… Una gradísima selección de bangers de cosecha propia con los que era imposible mantenerse quieto en la pista de baile.
DROELOE instó a que la gente del público que no se conocía entre ellos se presentara, bebió un trago de Mahou a la salud de Madrid, y cuando acabó su sesión se fundió entre los asistentes para charlar y hacerse fotos. Así fue el afable paso por la capital de un gran artista, pero sobre todo de un gran tipo que es DROELOE.
