El pasado 22 de Octubre, Madrid se vestía de gala para recibir uno de los estandartes del Trance; Paul Van Dyk.
Tras caerse de un escenario en una de sus actuaciones, atravesar un coma y volver a la élite musical, el alemán visitaba la capital en una noche que pintaba ser legendaria. A muchos nos sorprendió el cartel de sold out; no quedaba ni una sola entrada para acudir a dicho evento. Fans de toda la península se habían desplazado a Madrid para ver a una referencia del trance. Nada mas lejos de la realidad. Ayer, en la sala La Riviera se celebraba una paint glow; una de las fiestas de moda actualmente, basadas en música comercial y pintura, kilos y kilos de pintura.
La sala se llenó a base de erasmus borrachos, llenos de pintura, que iban por una fiesta ajena totalmente al espectáculo que iba a brindar el alemán. Los asistentes que realmente iban a presenciar el show de Paul Van Dyk quedaron anonadados. Para terminar el escándalo, la noche finalizó con un dj que puso de todo menos trance, el género que atesoraba el cartel.
Lamentable la gestión por parte del grupo de 2M Group. Se ve que el fantasmeo en España está muy avanzado, y no es la primera vez que ocurren cosas de este estilo.
Aquí tenéis una serie de comentarios críticos por parte de indignados que acudieron ayer a La Riviera para ver a Paul, no para vivir semejante atrocidad musical.
En resumen: dos fiestas ajenas se juntaron en el mismo momento y en la misma sala.
Si una persona paga por acudir a un show determinado, no le puedes ofrecer otro completamente diferente. Paint Glow y Paul Van Dyk no pueden ir de la mano.
La organización es básica. Estamos seguros de que en España una sala con Paul Van Dyk de cabeza de cartel se llena de sobra. Sólo necesita una buena gestión.
