El productor galés llevaba mucho tiempo entrenando y en el banquillo, pero por fin ha salido para demostrar el trabajo reposado en años.
Koreless es el nombre bajo el que se lucra el productor galés Lewis Roberts. Koreless lanzó su primer sencillo hace ya 10 años. Sin embargo, el artista no ha querido volcar mucho más tiempo en estos años para desarrollar su propia carrera, si bien ha servido más bien de productor auxiliar para colaboradores como SBTRKT, Rita Ora, Sampha o FKA twigs, quien a modo de quid pro quo ha sido la directora del vídeo del último single del productor galés, White Picket Fence”.
Koreless es un perfeccionista obsesivo y ha estado trabajando, según cuenta, en los últimos años 15 horas al día en este disco debut del galés, “Agor”, sin parar. Y se nota. El sonido emitido en cada segundo por cada canción de los 10 tracks, parece pulido hasta haberle querido sacar brillo al brillo. Su sonido es, además, pionero y vanguardista.
No se indica demasiada información sobre la historia que Koreless intenta contar a través de este proyecto, pero si que transmite cierto tipo de sensaciones comunes en sus cortes, de una historia fría y en soledad (incluso post-apocalíptica) contada a través de sonidos metálicos, artificiales y de una epicidad narrada a través de una soprano que evoca el único suspiro de esperanza al que aferrarse a lo largo de “Agor”. Tratar de hablar de estas composiciones intentando acercarlas a algún género estanco sería un error y cerrar la mente al gran espectro de posibilidades que expone.
Hay temas extremadamente explícitos y texturizados como “Frozen”, en el que encontramos cuerdas punteadas, láseres, metales incluso cascabeles navideños que bombardean a una voz tiritona y artificial que poco a poco se va mermando hacia lo que parece su último momento, el cual se trunca Si no nos dijeran nada, la historia que podría relatar es la de un último superviviente pasando sus últimos momentos asolados en la tundra antártica, de una supuesta tercera edad de hielo, o echando un poco de imaginación incluso en una nueva era de hielo.
“Black Rainbow” y “Joy Squad” son los dos primeros singles. El primero aparece como uno de los primeros cortes del álbum con un aura artificial y que parece denotar peligro con varios synths alarmantes. La antítesis de su nombre, además, se haya también en el contraste de las diversas partes de la canción. El segundo, por su parte, parece posicionarse ya en una situación más comprometida con un ritmo garage, láseres y samples vocales viniendo de todas direcciones y capas electrónicas ambientales lóbregas. Entre ambos se encuentra el camaleónico “White Pocket Fence”, una montaña rusa de elementos y sensaciones en la que un tornado de voces y sintetizadores nos acompaña y eleva de manera progresiva.
Los dos últimos tracks largos son también dignos de destacar. En “Shellshock” encontramos el mayor acercamiento de Koreless a la pista de baile, valiéndose de ritmos espaciales y sonidos robóticos mientras que el uso de loops y la búsqueda de sensaciones podría mirar a otros productores visionarios como Caribou. El cierre de “Agor”, “Strangers”, es un track más simple en el que explora todos los recursos vocales y de armonías que ha ido presentando en otros de sus cortes anteriores.
Con este álbum y las críticas que está recibiendo, esperemos que Koreless se pueda dar por aludido en el aspecto de que tiene ser más egoísta y trabajar y lanzar más más material propio, pues el camino que ha abierto es uno que lleva claramente al futuro y a la perfección.Ya puedes escuchar a continuación “Agor” a, completo.