El festival madrileño hizo disfrutar a un sinfín de personas durante cinco días gracias a la música

Unas 310.000 personas fueron las congregadas por el Mad Cool Festival a lo largo de los 5 días que aguantó este macroevento. En este actuaron hasta 149 actos que celebraron la música en la capital. Fue sin duda un retorno a lo grande después de pasar 2 años sin acontecer, algo hasta hercúleo para aquellos que optamos ir a todas las jornadas y más si decidías aparecer cuando el sol aún arrimaba.

Como en sus últimas ediciones, el Mad Cool Festival tuvo lugar en el gran recinto de IFEMA en Valdebebas, al cual se podía llegar más o menos fácilmente a través del metro o el tren cercanías. El evento consiguió además que el metro cerrara una hora y media más tarde del fin de los conciertos de cada jornada, lo cual lo convertía en la mejor opción de vuelta teniendo en cuenta los disparatados precios del Uber o las interminables colas de los taxis. Habría estado bien que se hubiera aumentado además la frecuencia de los cercanías para ir, pues fueron varios los días en los que si se te iba el tren en la cara, la espera de 30-40 minutos con la consecuente pérdida de conciertos era inevitable y sufrida.

Los 7 escenarios + la destacable discoteca Vibra Mahou (la cual llevó grandes artistas de la talla de DJ Nano, Boney M, Chimo Bayo o LVL1) estaban perfectamente distribuidos a lo largo y ancho del recinto, el cual gracias a su área cuadrangular no exigía paseos de mas de 10 minutos para cruzarlo. Además, ninguno de los sonido se comía a los cercanos. Fue de agradecer además que el evento, siendo tan longevo, se hiciese de manera que ninguna de la jornadas terminara excesivamente tarde.

El funcionamiento de las barras fue impecable todos los días salvo el domingo, el cual al tener menos aforo también cortó parte de estas llevando a alguna acumulación. Los múltiples baños,  y la disposición de agua potable en estos fueron un gran punto a favor también para Mad Cool, que hizo que nos olvidáramos de alguna experiencia pesadillesca vivida en otros peor organizados. Además, el macroevento disponía de una gran oferta gastronómica y puntos de sponsors en los que poder refrescarse con agua en polvo o sentarse a la sombra.

El miércoles fue la primera jornada del festival, una un poco más corta en comparación al resto.  Nosotros llegamos para el fin del show de unos Wolf Alice que hacían honor a su nombre con un sonido y ambientación estelares. En este día el escenario Loop, normalmente dedicado a la electrónica, albergó a artistas urbanos de la talla de Hard GZ o SFDK. Tuvimos la oportunidad de ver un rato a ambos apreciando una energía muy animada por parte de los artistas y del público a pesar del calor, haciendo shows muy entretenidos y dinámicos.

Carly Rae Jepsen y CHVRCHES, quienes actuaron en el escenario “Región Of Madrid” fueron nuestras grandes apuestas de la noche aunque eso significase no poder disfrutar al completo de Metallica o Twenty One Pilots, pero fueron tan buenos los shows que en el momento se nos olvidaron los solapes. Carly aparecía como una princesa del disco con un show 100% disfrutón cuyo setlist abarcaba por todos los éxitos de su discografía. Esto mismo hizo CHVRCHES, pero con un concierto en el que una gran Lauren Mayberry capitaneaba un viaje más emotivo en el que nos hacía vivir la euforia o el dramatismo a flor de piel.

El segundo día, el jueves, iba cargado de una gran oferta pop y electrónica que nos hizo tirarnos bastante de los pelos para ver al menos un trozo de todos los artistas que queríamos. Pudimos tener una experiencia casi espiritual mientras el sol se ponía al son de la voz de Hannah Reid, frontwoman de la banda británica London Grammar. Estos nos dieron todo lo que podíamos desear de ellos, una experiencia templada y arropadora que terminó con una gran fiesta proveniente de un remix house de su éxito ‘Lose Your Head’.

En el escenario Loop pudimos disfrutar esa tarde de la fiesta que nos ofrecieron dos DJs legendarios como son Floating Points y Four Tet. Con su gran experiencia en el manejo de las percusiones, ninguno de ellos dejó momentos de descanso durante sus sesiones, como tampoco lo permitió Peggy Gou. La artista ofreció una experiencia tal vez menos cercana al ambiente club como pudieron hacer los británicos anteriormente mencionados. Fue, sin embargo, un set muy divertido y enfocado a públicos más festivaleros, con unos visuales muy llamativos que eran el complemento perfecto de su música atrayendo la atención de todos los ojos y cámaras de móviles.

Y después de ver brevemente a The Killers hacer lo suyo en el escenario principal y darlo todo con éxitos míticos como ‘Somebody Told Me’, para cerrar el día la sueca Tove Lo dio una lección de pop electrónico sin precedentes. Tampoco era difícil cuando tiene una discografía impecable, pero obviamente con la magia del directo y un público abarrotado la experiencia siempre es mejor. Momentos como ‘Disco Tits’ o ‘2Die4’, un adelanto de su nuevo disco que interpola el ‘Popcorn’ de Crazy Frog, fueron sin duda de lo más divertido del festival.

Al siguiente día, la DJ británica Sherelle nos hizo sudar la gota gorda a las 8 de la tarde (punto negativo para las personas que organizarán a los artistas) con el set más enérgico de todo el festival, incluyendo desde jungle hasta hard techno y una infinita ristra de ritmos rotos. Llegamos para ver el final de las hermanas Haim, quienes estaban también intentando levantar a un público algo mermado por el calor con una carisma menor de las expectativas que teníamos de ellas. Estas tocaron tanto temas de su último álbum como re-visitaron los principales éxitos de su discografía anterior como los infalibles ‘Forever’ o ‘The Wire’.

La americana Phoebe Bridgers engatusó con una puesta en escena simple y fácil de enamorarse, algo que obviamente va a juego con sus canciones tiernas y melosas. La sensibilidad que expresa a través de sus grabaciones se exponenció en ese directo, dejando a más de uno con los lagrimones. Tuvimos que dejar el set a la mitad para poder disfrutar de la segunda mitad de Folamour, experto brindador de buenrollismo y baile que no decepcionó en la carpa. El DJ y productor francés nos trasladó a un lugar en el que no había cabida para malos pensamientos, sólo para el funk contagioso a ritmo de house y un groove que te invadía el cuerpo de de principio a fin.

Stephan Bodzin fue el relevista del francés en la carpa, y con su show live invadió el Loop con sonidos que hacían grandes favores a seguidores del progressive house o sellos como Afterlife. El DJ propuso así un viaje auditivo y visual con magnetismo y elegancia sin igual. Para cerrar la noche, Muse ofreció un espectáculo sin igual como tenía que ser ante un público masivo. Paula Temple repartió sonidos industriales para terminar la noche con fuerza para quien le quedara en este día equinoccio del Mad Cool Festival.

El jueves lo comenzamos quitándonos la espinita que teníamos desde que Paraíso lo derribó de  su cartel con Mura Masa. El polifacético artista va a presentar su nuevo álbum antes de que termine el año y parte lo presentó aquí con por ejemplo su intro ‘It’s Demon Time’. Junto con su vocalista pudieron defender y coordinar gran parte de la compleja discografía que tiene repleta de colaboraciones, aunque hubo alguna limitación debida a los pocos componentes que había tocando y cantando como ese subidón que provoca con la guitarra y los sintetizadores el ‘I Don’t Think I Can Do This Again’. 

A continuación pudimos ver a Zara Larsson un rato presentar de manera efectiva varias de sus grandes canciones, demostrando que, aunque en España no tiene mucho tirón, se trata de una superestrella hecha. Y mientras sonaba la colaboración de la sueca con David Guetta que escribió para la Eurocopa de 2016 nos apresuramos a ver a nuestro australiano favorito, Flume. La ilusión y la tensión se notaba en el ambiente de la carpa por parte del público. Éramos conscientes de la oportunidad que estábamos teniendo por presenciar un show de alguien que ya se considera leyenda de la electrónica y cuyos directos nunca han dejado indiferentes a nadie.

Y, de esa manera, Harley nos dio todo lo que queríamos de él y más. Desde la emotiva experiencia que es escuchar su remix a Disclosure tanto tiempo después y con unos visuales de personas besándose apasionadamente, pasando por oír temas menos esperados como su colaboración con SOPHIE y otros de su última mixtape, a un final protagonizado por las dos canciones reinas de su último disco, ‘Highest Building’ y ‘Sirens’. Al terminar, todos nos mirábamos como si estuviéramos aun dudando si todo lo recientemente vivido había ocurrido de verdad.

La que también performó de verdad fue Florence + The Machine, quien a pesar de estar delante de miles y miles de persona, su magia llegaba a cada una de ellas. Es algo muy especial de presenciar, como si tuviera el poder de cambiar la gravedad o la energía de la atmósfera en algo que entra dentro de ti para calentarte el corazón y decirte que todo va a ir bien a través de sus canciones. Fueran casi a capella como el rescatado ‘Never Let Me Go’ que hacía años que no cantaba o el clásico y empoderante ‘Rabbit Heart’, Florence no estaba en el escenario, estaba al lado de cada uno de los asistentes transmitiendo su mensaje en un primer plano.

El domingo fue la última jornada, también más corta aunque pudimos disfrutar de 4 grandes conciertos. Primeramente, la jefa del rap Princess Nokia ofreció un espectáculo ecléctico cuanto menos en el que, junto a su DJ, estos dejaban transmitir todas sus pasiones musicales a través de sus canciones o interludios de baile que abarcaban hip hop, merengue, trap, rock, R&B, pop o electrónica. Fue además una de las artistas más cercanas que pudimos ver, con una interacción constante y personal con su público en la que no sólo hablaba de música, sino también de la  reciente y errónea ley anti-aborto de los EEUU o la manera en la que está pudiendo vivir este verano un amor idílico con su mejor amiga de la infancia.

A continuación, Orslok brillaba en un miniconcierto que llenó la carpita de Vibra Mahou hasta reventar y tener que verle desde las afueras, en un show enérgico y en el que estuvo presente Steve Lean. Nathy Peluso dominaba después el escenario principal demostrando no sólo ser una de las artistas del momento, sino una de las mejores performers que hay a día de hoy en el mundo. Ella sola es capaz de dar el espectáculo que haga falta y atraer todas las miradas a través de su voz, su baile, los inesperables juegos de cámara que traía o la performance que hizo combinando la “derrota” de ‘Emergencia’ con el resurgimiento de sus cenizas en ‘Corashe’. 

Para terminar, Tinashe hizo otro espectáculo incansable repleto de coreografías y diferentes formas de luces mientras atravesaba todas las canciones de sus 3 álbumes en un tiempo récord en el que consiguió meter lo imposible en su corto espectáculo de 45 minutos. Cerramos con ella esta quinta edición de Mad Cool que se despide, al menos por ahora, del recinto de Valdebebas que tantos éxitos le han dado. Su próxima ubicación para 2023 será en la zona de Villaverde de Madrid, en el área del polígono Marconi. La información más detallada está aún pendiente de conocerse.

Os dejamos para finalizar una pequeña galería con más imágenes de nuestro fotógrafo, Roberto García (@__Assenzio):