El festival tuvo que ser acortado un día, pero ofreció un grandísimo catálogo de actuaciones con éxito en los dos días siguientes
Nuevos comienzos nunca son fáciles. Da igual que te mudes en tu propio país, si eres de Barcelona y te vas a vivir a Madrid tendrás que adaptarte y superar múltiples dificultades por el camino. Eso es lo que ha hecho este año el gigante Primavera Sound, solo que sin mudarse: se ha replicado en ambas ciudades. Y es que la edición de Madrid no es como el resto de ediciones que tiene este festival alrededor del mundo, es prácticamente un calco a la de Barcelona (la principal). Eso quiere decir que la magnitud de un evento tan asentado, tan mítico y que tiene la etiqueta de buque insignia de los festivales españoles, también debía ser llevada a la capital.
Al igual que el cartel en ambas ediciones era prácticamente el mismo a excepción de unos pocos artistas, la localización sí que ha estado marcada como un factor diferencial entre ambos festivales. Esto, junto con los sucesos climáticos que ocurrieron esa semana en la capital, pusieron a la primera edición de Primavera Sound Madrid en el foco de la polémica. La realidad, y a juicio del redactor de este medio que ha vivido en primera persona el festival, es que el Primavera supo reponerse a las adversidades y brindó muchas más cosas positivas que negativas.
El primer revés tanto para la organización como para los asistentes llegaba el miércoles 7 de junio mientras muchos de ellos estaban ya viviendo la jornada inaugural en el estadio Metropolitano. Primavera Sound anunciaba que el primer día de festival en Arganda del Rey se cancelaba por motivos de seguridad frente a las adversas previsiones climatológicas. Esto obviamente despertó las quejas de los que sobre todo, querían ir al festival únicamente por los artistas de ese primer día. Al día siguiente, la organización respondió recolocando a uno de los cabezas de cartel como es Blur en la sala La Riviera, y el cartel del escenario Boiler Room x Cupra en la sala The Bassement.
Para paliar esa decepción de última hora la jornada inaugural discurriría con Jake Bugg, los enérgicos Confidence Man y un espectacular show de Pet Shop Boys, para los que en algunos momentos parecía no haber pasado los años. Cambios de vestuario, de escenografía y sus grandes éxitos para la memoria de todos. Eso sí, en esta jornada La Paloma tampoco actuó por la lluvia, que se mostró bastante suave en el resto de conciertos.
En cuanto a la localización, muchos asistentes descubrían por primera vez la Ciudad del Rock de Arganda del Rey. Este recinto de 200.000 metros cuadrados y con aforo para 96.000 personas tiene justo eso como su gran virtud, la capacidad de sobra para acoger eventos de este tipo. Por otro lado, su lejanía respecto al centro de la ciudad (más de 41 kilómetros) es su gran yugo. El festival, frente a esto, se hizo con una enorme flota de autobuses lanzadera para ir y volver, pero aún así es un hecho que multitud de asistentes experimentaron largas esperas para cogerlos, principalmente a la vuelta. En ningún momento esto se puede achacar a la falta de rutas o buses, ya que desde la Ciudad del Rock se podía volver a Arganda, al estadio Metropolitano, a Plaza Castilla y a Méndez Álvaro. Es, simple y llanamente, que la mezcla de una cantidad tan grande de personas junto con un recinto tan apartado de la ciudad, y para un evento en el que la gente evita usar su transporte personal, ocasiona este tipo de inconvenientes. Cualquiera que haya pasado por otros eventos celebrados aquí, como es el festival A Summer Story, lo sabe. Del mismo modo, siempre hay margen de mejora en cuanto a organización y seguro que de cara a próximas ediciones, que parece las habrá, intentarán darle una vuelta a esas opciones.
Dejando por fin a un lado cosas que no son música, podemos decir que cualquier contratiempo mereció la pena gracias a los conciertos vividos en Primavera Sound Madrid, pero vayamos por partes. El festival en Arganda arrancó finalmente el viernes 9, y sin duda fue de menos a más. Con la tarde empezando a caer, uno de los baluartes urbanos del cartel como es Baby Keem saltó al escenario principal y se encontró rápidamente con problemas de sonido. Una vez arreglados, presentó un show corto y sobrio en cuanto a puesta en escena. Aunque fue algo decepcionante, da gusto poder escuchar a un rapero estadounidense con temas tan buenos en España, algo que no se suele dar habitualmente.
Después de esto hubo un largo paréntesis en esta zona del festival, ya que Depeche Mode salió con un retraso que en las siguientes actuaciones se corrigió. La calidad se notó en la actuación de este legendario grupo, aunque el público en términos generales se mostró algo frío frente a las canciones nuevas y otras menos conocidas que sus grandes hits, que sonaron exclusivamente al final. El fervor empezó a subir en la Ciudad del Rock con la aparición del inigualable Kendrick Lamar. Su capacidad para rapear es obvia pero que en directo sea exactamente la misma es realmente asombroso. Su horda de ‘mini yos’, los tapices pintados en vez de visuales digitales y las bases tocadas por una banda que no se encontraba en el escenario, completaron un show en el que dejó a todos con la boca abierta aparentemente sin mucho esfuerzo, enfundado en su chándal mientras soltaba hit tras hit. Incluso nos pudimos quitar el sabor agridulce de la actuación de Baby Keem cuando apareció para cantar junto a su primo el banger ‘family ties’.
Justo después tomó el relevo la mejor electrónica. Primero fue Fred again.. quien, con una demostración de destreza única y un ritmo infernal, controló su pad y su teclado como un auténtico tocado por la varita. Durante este show lleno de buen house y buena técnica apareció para saludar a su amigo Fred ni más ni menos que Skrillex. El del americano era uno de los shows más esperados del día, marcado por su regreso a Madrid después de más de diez años. No decepcionó; lo primero que salió por los altavoces fue el ‘Volando Voy‘ de Camarón y a partir de ahí se desató la locura. Skrillex brindó un concierto ‘híbrido’ entre su pasado y su presente, alternando canciones de su último álbum Quest For Fire y esperadas IDs como la que tiene con Hamdi y Taichu, con tracks legendarios que hacía mucho no disfrutábamos; ‘Bangarang, ‘Make It Bun Dem’, ‘Scary Monsters And Nice Sprites’… No dio lugar al descanso y el ambiente que se vivió en el público fue inmejorable, algo que se notó en un Skrillex que también lo pasó en grande y se mostró muy agradecido.
Aunque el escenario principal absorbió la mayoría de nuestra atención en esta primera jornada y como decíamos al principio, Primavera Sound Madrid contó con hasta 10 escenarios más, entre los que artistas con propuestas tan interesantes como Channel Tres o VTSS b2b LSDXOXO, cerraron el día.
La segunda jornada de Primavera Sound Madrid acumuló una buena mezcla de estilos desde nuestra perspectiva, comenzando con The Voidz, grupo que capitanea Julian Casablancas (The Strokes). Más tarde, el jungle de la inglesa Nia Archives se hizo con el escenario de Cupra, que había estrenado solo un día antes su nuevo banger ‘Off Wiv Ya Headz’. A continuación la electrónica se trasladó al escenario principal, donde Calvin Harris preparaba otra buena dosis de nostalgia al igual que hizo Skrillex el día anterior. Con un impresionante booth montado para la ocasión, el que es uno de los DJs más conocidos del mundo dio un espectáculo cargado de luces, música enérgica e himnos más que reconocibles.
Acercándonos a la recta final nos encontramos con dos de las ‘reinas de España’. Primero fue ROSALÍA la que congregó a una de las mayores multitudes que se pudieron ver en los dos días de festival. La expectación que generó estaba más que justificada; el nivel de producción de este show fue otro nivel. El camarógrafo que retransmitía la imagen a las pantallas del escenario era un bailarín más, con todos sus movimientos calculados y ensayados al milímetro para que pareciera que estábamos viendo un videoclip más que una transmisión en tiempo real. ROSALÍA por su parte y como acostumbra, estuvo impecable. Cantó con el público (protagonizando un momento verdaderamente tierno con un niña), tocó el piano, bailó, cantó, se tiró por el suelo, se mojó la cabeza y le dedicó unas palabras a su pareja… Más completo, difícil.
Después fue el turno de Bad Gyal en otro de los grandes escenarios del festival. Ella también congregó a una cantidad abismal de gente, que pudieron disfrutar en primicia de Bad Gyal y Tokischa juntas en el escenario presentando lo que será un próximo remix a ‘Chulo’, y que vendrá también junto a Young Miko. El nuevo show de Bad Gyal es hit trás hit, y dejó grandes momentos también gracias a su equipo de bailarines (que se movieron incluso a ritmo de drum n’ bass). El techno de Charlotte De Witte fue uno de los últimos grandes actos presentes en la primera edición de Primavera Sound Madrid.
A veces parece que lo más importante y de lo que más hay que hablar en una crónica de un evento como este es la organización, cuando lo que mueve a la gente para asistir a un festival y lo que verdaderamente importa es la música. Hablando de algo entre medias de ambas cosas, el sonido fue impecable en todo momento en todos los escenarios. Primavera Sound Madrid salvó con entereza los grandes socavones que se le presentaron antes siquiera de empezar y, a pesar de que tendrán que trabajar alrededor de su localización si quieren mejorar la experiencia, todo indica que esta ‘edición espejo’ en la capital ha llegado para quedarse.