La magia de Tomorrowland brilla como nunca en su 15º aniversario

Desde la cueva hemos podido disfrutar en primera persona de nuestra primera experiencia en Tomorrowland, ¡y ahora estamos de vuelta para contároslo todo!

Para nosotros, traer hoy esta crónica a la cueva es algo más que especial. Cuando hace algo menos de tres años comenzamos este proyecto, nunca pensamos que llegaríamos a contarle a tanta gente nuestra experiencia en un festival como Tomorrowland, sin duda el más grande del mundo. Pero por suerte, hemos podido viajar al primer fin de semana del paraíso belga en su 15 aniversario, donde hemos vivido una experiencia única.

Esta crónica la estructuraremos de la siguiente manera: Primeramente hablaremos del festival en cuanto a organización, después hablaremos de las actuaciones, escenarios y novedades del 15 aniversario y, por último, daremos nuestra conclusión y opinión final sobre esta gran experiencia que es Tomorrowland.

Si hay algo no puede faltar en Tomorrowland son los detalles, lo que hace tan especial a este evento. Es por ello que estos comienzan desde el momento en el que recibes tu entrada en forma de pulsera. Este año, la pulsera venía en una caja decorada de gran tamaño en la que también podíamos encontrar un libro. Este libro es ni más ni menos que “The Book Of Wisdom” -la temática de esta edición- y en él se encuentran 160 páginas escritas en el idioma de la persona que lo recibe, a lo que se suman postales, mapas, pergaminos, etc. Además, para los asistentes que se alojaban en un hotel con el pack Global Journey (como es nuestro caso) también había un obsequio con merchandising del festival, entre el que se incluía una mochila, un juego de mesa y un diario de viaje.

Pasando a los detalles del propio festival, encontramos peculiaridades de todo tipo. La mayoría quizá ya las conozcáis, pero dado que es nuestra primera visita al festival, os nombraremos las que más nos sorprendieron. En Tomorrowland hay DJs por todos lados: DJs antes de entrar al recinto, DJs en los baños, DJs en los puestos de comida. Además, todos y cada uno de los elementos del festival como pueden ser papeleras, farolas o puntos de información están decorados para meterte en esa atmósfera paradisiaca.

Y, si hablamos ya de los escenarios, tampoco podía faltar todo lujo de detalles. Empezando por el mainstage, que este año recuperaba su temática de “The Book Of Wisdom” usada en el 2012, pero con un gran lavado de cara. Este mítico escenario volvía con muchos más detalles en sus libros, como el libro dedicado al fallecido Avicii o el libro que hacía referencia a Chatahoochee Hills, lugar donde se celebró la primera edición de TomorrowWorld. Además, cada noche, después del espectáculo final, el libro central formado por dos pantallas se plegaba y se “metía a la estantería”. Todo un espectáculo visual. Entre los demás escenarios se encontraban el segundo más grande al aire libre, el “Lotus” y algunos que ya veteranos pero que nos encantan, como puede ser “The Rose Garden” o “The Rave Cave” entre muchos otros.

En cuanto a la seguridad y los servicios que ofrecía el evento, debemos decir en primer lugar que se trata de un festival con una seguridad en la entrada bastante floja. Es cierto que cuentan con un arco detector de metales, pero no se revisaban riñoneras ni mochilas y estas no pasaban por el arco detector de metales, por lo que alguien podría haber introducido armas y sobre todo drogas, algo con lo que supuestamente el festival está muy en contra. Dentro del recinto sí que pudimos ver un gran efectivo de trabajadores velando por la seguridad de los asistentes. En cuanto a servicios de comida, bebida, merchandising y ocio podíamos disfrutar de una gran variedad. Lo más destacado para nosotros de todo esto fue la noria suministrada por la aerolínea Brussels Airlines, lo que suponía un coste 0 para los asistentes que se quisieran subir. Por último, si os alojáis en hotel debemos advertiros que a la vuelta del festival os espera una caminata de 40 minutos para llegar a las lanzaderas, eso sí, amenizada por el camino con trabajadores del festival vestidos con la temática, malabaristas y demás.

Pasemos ya a las actuaciones. Debido al grandísimo número de shows os hablaremos sólo de los más impresionantes y de los que más nos gustaron personalmente. El viernes 19 pudimos disfrutar de la actuación del magnífico dúo DROELOE en el escenario The Rose Garden, donde todos los asistentes parecían conectar en una misma atmósfera de buena música y felicidad. Fue un gran primer contacto con lo que es Tomorrowland. Seguidamente pudimos divertirnos a lo grande -y nunca mejor dicho- con el show de DJ Diesel en el Mainstage, donde el ex-baloncestista llevó el bass al escenario más mainstream mientras todos lo pasábamos en grande. Hablando de bass, otro de los mejores shows del día fue el de Modestep, donde encontramos de nuevo a DJ Diesel en primera fila disfrutando también del set. Seguro que ya habéis visto algún vídeo viral de lo que se formó allí entre Shaq y Modestep.

Para cerrar este día tuvimos otras dos actuaciones de lo más top: Primeramente la de Above & Beyond en el escenario alojado por Anjunabeats, donde como no podía ser de otro modo, la magia fluyó como nunca. Y por último la perla de la noche, el show de Eric Prydz en su “Holosphere”, donde las visuales traídas de otro planeta y temas como “Generate” u “Opus” nos llevaron al éxtasis.

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El sábado 20 comenzamos con 1991 en el escenario alojado por Netsky & Friends, donde el joven DJ de drum & bass realizó un set que gustó a todos los allí presentes, con temas propios y míticos del DnB. No podíamos no pasarnos por el espectacular escenario de Q-Dance, por lo que nos acercamos a presenciar la sesión de Ran-D, un artista que nunca falla y que nos brindó toda su energía. En el Mainstage también se vivieron momentos únicos, como el set del rey Armin Van Buuren en el que no cabía ni un alfiler y en el que pudimos escuchar buen trance en un ambiente más que magnífico. El encargado de cerrar este día fue DJ Snake, querido por la inmensa mayoría del público, que con su particular selección de temas nos hizo bailar a ritmo de trap, big room, moombathon, reggaeton… Todo un espectáculo.

El domingo 21, último día, comenzamos de nuevo con drum & bass en el escenario alojado por Rampage, en este caso con Maduk y Mota como MC. El dueño y señor de Liquicity nos brindó un espectacular set cargado del mejor liquid DnB y de muchas emociones, ya que todos los asistentes del escenario nos fundimos en un abrazo con la madre de MC Mota allí presente, quien había pasado unos malos meses según contó el propio MC. Laidback Luke en el Mainstage fue otra de esas sesiones que disfrutamos por todo lo alto. El veterano DJ nos preparó una selección de temazos antiguos al puro estilo Tomorrowland que nos hicieron pensar que nos encontrábamos en The Book Of Wisdom pero en el 2012. Además, su habilidad pinchando siempre es digna de admirar y escuchar.

Pese a que muchos no lo quisieron aceptar, sí, J Balvin actuó en Tomorrowland y nosotros nos acercamos a verlo. El cantante desplegó su particular show plagado de bailarines con disfraces coloridos y llamativas visuales y sobre todo, congregó a una increíble cantidad de asistentes de habla hispana que disfrutaron con sus temas ya que al fin y al cabo, es una actuación más de la que se puede disfrutar como con cualquier otra. Por gustos personales, como cierre del festival acudimos a un triple b2b, pero no el del Mainstage, sino el de Barely Alive, PhaseOne y Virtual Riot. Estos tres pilares del dubstep actual revolucionaron Tomorrowland con su dubstep enérgico y nos hicieron echar el resto para cerrar el fin de semana e irnos a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

En cuanto a nuestra conclusión final basada en esta primera experiencia que hemos tenido en Tomorrowland, debemos advertir a todo el que nos lea de que merece totalmente la pena. Da igual las veces que escuchéis a terceros decir que este festival ya no es lo que era antes o que es sólo “postureo”; la única forma de saber lo que es en realidad Tomorrowland es yendo. Dan igual tus gustos musicales o tus prejuicios, una vez entras en el festival su atmósfera te atrapa al instante por todo lo antes comentado, es absolutamente imposible no disfrutarlo. Gente de todo el mundo presente gracias a la música, escenarios espectaculares, electrónica para todos los gustos, un recinto envidiable… Son muchos los motivos por los que Tomorrowland merece la pena, por lo que si tenéis la oportunidad en algún momento de vuestra vida -y con esto nos referimos a cualquier momento, ya que vimos a cantidad de personas mayores de 50 y 60 años disfrutando como los que más- id, no lo dudéis ya que no os arrepentiréis. Nosotros no sabemos cuándo tendremos otra oportunidad para volver, pero os aseguramos que no la desperdiciaremos en absoluto.

Esperamos que os haya gustado nuestra propia visión de Tomorrowland cavernícolas, repetimos que traer esto a la cueva nos hace especial ilusión. ¡Por muchas crónicas más de Tomorrowland!

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