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DAPS y PMP se vacían para traer el sublime álbum “DCLXVI”

Ritmos totalmente locos, oscuridad, barras, flows cambiantes, producción impecable… “DCLXVI” de DAPS y PMP es su ópera prima y así nos lo han hecho saber.

Después de llevar dos años incrementando las expectativas con cada lanzamiento, el rapero DAPS y el productor PMP -madrileños ambos- lanzan su primer proyecto en largo. Esta maravillosa simbiosis lleva captando nuestra atención desde sus primeros temas, como “Acuérdate” o “Circus”. En 2019 lanzaban su primer proyecto conjunto, el EP “Praxis”, que al igual que “Acuérdate” y otros temas, tenía una alta influencia de la música electrónica. Ya en este 2020, “SO DOPe” y “#ISSAJOKE”, con un tono más humorístico, nos hacían más amena la cuarentena con sus pegadizos ritmos.

Pero en ese “SO DOPe” DAPS ya avisó de lo que veía en el horizonte, “un álbum preparándose para después de la cuarentena”. Ese álbum ha llegado y muestra la cara más seria, talentosa y versátil de los dos artistas. Cómo comentaba DAPS en sus redes, este álbum cuenta una historia y todo lo que se escucha está directamente relacionado con su vida y sus vivencias, por lo que os recomendamos escucharlo en orden.

Drogas, problemas, fronteo o demonios son algunos de los temas recurrentes a los que acude DAPS para abrir su alma en estas once canciones. Para abrir el álbum escuchamos “Gorila”, un absoluto banger de trap. A pesar de que el flow de DAPS es una delicatessen, el mayor reconocimiento en este primer tema tiene que ser para PMP por la absoluta maravilla de beat, sutil y brillante. No podemos parar de poner en bucle este tema en nuestros monitores.


“Desde Hace Rato” nos trae un trap muy pegadizo y que crea unas vibraciones que nos hacen no saber si escucharlo de forma calmada o ponernos a bailar. Aunque el tema trata sobre mentiras, a final del mismo DAPS saca pecho y se pone en valor con su talento. “Soy nueva promesa, ya lo sé”.


En el tema “MDMA”, DAPS y PMP nos traen tres flows distintos que parecen representar tres estados anímicos. El tema comienza con un rap relajado y desenfadado, encima de una base muy chill. En el estribillo en cambio escuchamos un estilo de rap más cercano al reggae, con una letra que desprende positividad y amor. Para nuestra sorpresa, cuando el tema parece estar llegando a su final, el beat cae en una distorsión que da paso a un trap oscuro y unos versos de DAPS que hablan sobre mujeres y drogas.


En “Jimmy Neutron” vemos a los DAPS y PMP que más nos recuerdan a los temas de antes del disco. Con unos vibes muy norteamericanos y una vez más -menuda novedad- con un beat totalmente perfecto por parte de PMP, esta es otra de las canciones que más enganchados nos tiene. PMP vuelve a hacer de las suyas en el siguiente tema “Bonzo”, donde el bajo de la base nos hunde en el sillón mientras escuchamos a DAPS en su salsa.


“Borderline” fue el primer y único adelanto de este “DCLXVI” y vino con su respectivo videoclip dirigido por Iñigo Apestegui. Rap puro es lo que podemos escuchar en este tema, barra tras barra, acompañado por un apartado visual sobresaliente.


En “Game Over” -uno de los temas con más carga emocional según DAPS, junto al siguiente- DAPS habla sobre la preocupación de su familia por él. Mientras, no podemos evitar que el beat de PMP nos deje inquietos de alguna forma, como si aumentara la intensidad de lo crudo que cuenta DAPS en su letra. Si esto era lo que querían conseguir, excelente trabajo.


Si el anterior tema era duro en lo emocional, “Oreo” viene a echar el resto. Algo que se nota desde el primer momento, ya que en el comienzo, la voz de DAPS suena realmente grave, como si viniera del inframundo. Gritos y sufrimiento nos rodean por todas partes. Autotune a lo Yung Beef. Una outro por parte de PMP a base de synth que nos recuerda a “THE SCOTTS”. Este tema nos lleva a la locura.


En “Ring Ring” vuelven a hacer uso del autotune, esta vez con un estilo más cercano al de Dellafuente, por poner un ejemplo cercano. “Arroz Con Bogavante”, como DAPS en el propio tema dice, es “la buena vibra de tu playlist”. Un track muy fluido donde DAPS despliega una vez más su talento innato para rimar y PMP el suyo para ser el papel de esa impresión.


Para cerrar este “DCLXVI” tenemos “Me Lo Chivó Satán”, donde volvemos a oír un rap más clásico tanto por parte de DAPS como PMP. Realmente suena como si fuera el acto final de toda esta obra, con un sonido solemne. Para cerrar el telón, un gran sólo de guitarra. Sólo nos hace falta imaginarnos los fuegos artificiales.


El nivel que han dejado vigente DAPS y PMP con este disco es increíblemente alto. Totalmente versátiles, ingeniosos, divertidos cuando toca y crudos cuando toca también… Realmente se siente como un álbum sólido que cuenta algo en conjunto, algo que se está perdiendo a la hora de lanzar álbumes. “DCLXVI” pone a estos dos artistas en el top de la música urbana en España ahora mismo, y este no es ni mucho menos su techo. “Sabemos que todo lo que viene no va a ser igual” para estos dos chicos.

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