Este dúo manchego promete ser una de las grandes esperanzas para los oyentes de música electrónica experimental en nuestro país. Su álbum debut, “Apollo”, así lo demuestra.

Lanzar tu primer álbum en el sello discográfico de John Digweed es algo al alcance de muy pocos artistas en el mundo. Pese a que estos dos chicos no hayan obtenido aún el reconocimiento que merecen, lo cierto es que llevan sobre sus espaldas una labrada trayectoria, la cual se ve reflejada irrefutablemente en la calidad de su sonido.

Su música ha recorrido gran parte de Europa, e incluso ha viajado México en un tour del cual sacaron bastante provecho a nivel musical. Este proyecto en concreto forma parte de “Quattro Artist”, un álbum colectivo en el que John Digweed ha tratado de dar visibilidad a diversos artistas de gran calidad sonora. Quivver, Captain Mustache o Satoshi Fumi son, junto a Lopezhouse, sus protagonistas.

Como ellos mismos han declarado respecto al origen del álbum, “Todo surgió por una llamada de John Digweed que nos preguntó si queríamos hacer un álbum en plan experimental dando rienda suelta a nuestra imaginación, sin pensar en la pista de baile”. Y en efecto, eso resume a la perfección el resultado global de esta obra.

En una era tan marcada por lo comercial, donde parece ser que redes sociales como TikTok o Instagram marcan más los estándares musicales que los propios músicos, se agradecen enormemente estos particulares viajes sonoros. Viajes que nos transportan hacia atmósferas donde lo único importante es la música. Sin etiquetas, likes, challenges, trends, ni estereotipos. Sólo talento e ideas volcadas en la propia música.

Tenemos la sensación de que este álbum va madurando conforme avanzan las pistas. Ni que decir tiene que, para un buen disfrute del mismo, debéis pararos y analizar su evolución pieza por pieza. Una escucha aleatoria sobre momentos concretos de cada canción no servirá para comprender la atmósfera y el mensaje de “Apollo”.

“Amanecer” da el pistoletazo de salida al álbum. Una obra cálida, sencilla, que describe a la perfección el conjunto de emociones que se viven cuando en efecto se observa la salida del Sol. Un viaje por las diferentes partes del planeta que alcanza su particular ecuador con la salida al espacio. Si tuviéramos que explicarle a un oyente qué representa “Apollo”, “Love In The Spacecraft” y sus casi ocho minutos de pieza lo representan a la perfección.

Una pieza completa, compleja, que evoluciona a la perfección de inicio a final. Un auténtico viaje interestelar donde estos chicos nos muestran su reinado sobre las percusiones y melodías con toques ochenteros.

Todo ello para, posteriormente, tornarse en la atmósfera más oscura y siniestra posible con “Apollo”. Aquí el dúo se encarga de mostrarnos hasta qué nivel llega su polivalencia sobre la creación musical. Una obra igualmente compuesta por infinidad de detalles que, en su conjunto, continúan aportando significado al conjunto final del álbum.

El cierre lo firman “The Valley” y “Someday”, dos cortes en los que prácticamente no encontramos elementos instrumentales. Sin necesidad alguna de vocales, estos chicos logran que sean las propias melodías las que hablen al oyente. Poco más se le puede pedir a Lopezhouse.

Hasta aquí nuestra review de este magnífico álbum. Trece piezas que nos permiten comprender mucho mejor quiénes son estos chicos y hacia dónde viaja su trayectoria musical. Recientemente se emitió Los Conciertos de Radio 3 un show grabado en exclusiva por ellos para la ocasión. Así que ya sabéis, los que queráis disfrutar de una forma aún más completa de este conjunto sonoro, este programa tiene todo lo que necesitáis. ¡Hasta la próxima cavernícolas! A disfrutar de “Apollo” como se merece.