Os contamos lo que vivimos en el show doble de dos diamantes en bruto de la industria urbana y electrónica
El pasado día 5 de noviembre pudimos asistir en la sala Independance de Madrid a un concierto doble de dos artistas que poco tienen que ver en estilo, pero si que coinciden en ser dos artistas emergentes dentro de la comunidad electrónica y urbana. Así, la sueca Namasenda, quien recientemente ha estrenado su mixtape “Unlimmited Ammo” y la española Kenya Racaile, que también presentó su “Némesis” anteriormente en este 2021, presentaron sus recientes repertorios en directo en este evento organizado por la promotora @cero.en.conducta.
Para empezar a calentar la noche tuvimos con nosotros un breve show por parte de Kenya Racaile. La artista valenciana se está haciendo cada vez más hueco en la escena urbana de nuestro país; en este año también ha colaborado con artistas como Cecilio G. y Blackthoven, además de sus famosa colaboración “Rivotril” con Luna Ki. Su show, modesto pero con el apoyo de los presentes, tuvo un poco de todo de su repertorio.
El reggaeton es una de sus grandes bazas y así lo mostró con temas como “Tu Me Llamas Mami”, muy comercial y pegadizo, o “Baby como estas”, de su álbum. Pero sin duda el rap también es lo suyo, por lo que disfrutamos de una buena ración con temas como “Bonustrack”, del álbum de Cecilio, o “Artico”. La actuación no tuvo mucho más allá de ella, un micrófono y alguien que le hiciera los coros, pero seguro que dentro de no mucho la veremos haciendo cosas mucho más grandes.
Con un público progresivamente creciente, a continuación la estrella emergente del sello PC Music Namasenda presentó en la Independance un repertorio centrado en la energía, eligiendo algunas de las producciones más poderosas de su nuevo así como alguna de sus canciones previas que más éxito han tenido (aunque por alguna razón la sueca decidió omitir “Wanted”, su track más enérgico y con más reproducciones en Spotify).
Así, “clásicos” como “Dare” o “Donuts” ganaban presencia con la fuerza de los bajos de la sala, los flashazos de los focos y un fervor del público sinérgico y contagioso mientras se alternaban con nuevas joyas como “Shots”, “Steel” y un adictivo “Banana Clip” que quiso duplicar para hacer un bis en el que la cantante sueca bajó a bailar y saltar con su público. Por su contra, cabe destacar que tal vez la producción de su show tuvo una presencia tan grande y buena que a veces se comía a la propia cantante, quien acudía a apoyarse en el playback de tanto en tanto y cuya voz pudo tener mucha más presencia a lo largo de su repertorio.
Lo que está claro es que, aquella noche, tuvimos la suerte de poder atender los shows de unas artistas que son unos diamantes en bruto de la industria de la música. En cuanto sus medios y la experiencia jueguen a su favor, no cabe duda de que lograrán ser algunas de las mayores representantes en sus respectivos mercados.
