Con “Isles”, los productores de Belfast Bicep consiguen afianzar y expandir su sonido característico
Lo que para Andrew Ferguson y Matthew McBriar comenzó como un blog de música en el que compartían con su público canciones poco conocidas ha escalado en convertirles en uno de los actos electrónicos más valorados en todo el mundo. Y el reconocimiento de Bicep no se basa solamente en su gusto musical o maestría en los clubs, sino por el perfeccionismo con el que trataron primeramente su debut homónimo de 2017 y han repetido en su recién estrenado segundo largo, “Isles”.
Han tardado dos años en casar todas las piezas y el resultado es brillante. “Isles” recibe ese nombre porque Bicep, ambos originarios de Belfast, se han basado en su isla natal para crear todo este segundo proyecto. Son las “fuertes emociones encontradas, conectadas a crecer en una isla” como querer huir cuando se está en ella o volver cuando se está fuera las que han servido como hilo conductor. Según cuentan en su nota de prensa, en club Shine de Belfast era normal encontrarse a la gente una semana abrazada bailando y a la siguiente peleándose en mitad del público.
Otro de los pilares en los que Bicep ha apoyado el sonido de este disco es el de la diversidad religiosa. Sus familias pertenecen a corrientes de religión distinta, y aunque ninguno de ellos es creyente, curiosamente han querido basarse en este tema ya que explican que la música dance les da la libertad para hablar de ello a pesar de que nunca han estado interesados en explotar esa parte de su ser con el público fuera de la música.
Se puede notar cómo muchos de los cortes de “Isles” emanan una energía cuasi-espiritual. Por ejemplo, el segundo single “Apricots” incorpora el loop de un coro búlgaro a medida que una melodía celestial sintética viraliza el track. “Atlas”, por su parte, trata de catalizar la euforia que Bicep vivieron durante la gira de su anterior álbum, y tal vez sea por eso que ha servido de conector entre ambos trabajos. Esta contiene un sample de Ofra Haza.
Hablando de samples, Bicep ha estado trabajando con un bruto de 150 demos, e investigando a un nivel tan cotidiano como el de shazamear en un restaurante turco. Así, “Sundial” contiene voces de “Raja Rani”, una película bollywoodiense de 1973, las cuales se cruzan con ritmos houseros vertiginosos.
Otros cortes se centran más en sonidos agresivos, pero de alguna manera te siguen elevando. En “X” junto a Clara La San nos introducimos en un vórtex de sintetizadores y beats metálicos, mientras que el cierre “Hawk” con machina se basa en vocales más sobrios para darle un mayor protagonismo a una producción que cabalga entre varios subgéneros.
Se hace raro seguir recibiendo álbumes como el de Bicep en unos tiempos tan corrosivos. Sin embargo, uno escucha “Isles” y, más que buscarnos las ganas de bailar, parece abrazarnos para presentarnos, a través de sus sensaciones, un futuro mejor. Ya puedes escuchar “Isles” al completo a continuación: