Loud Cave Forest

En Loud Cave amamos nuestro planeta y somos conscientes de que debemos protegerlo. Por eso en colaboración con TreeNation hemos creado nuestro propio bosque, para plantar árboles y compensar así las emisiones de CO2 de las visitas a nuestra web.

Entrevistando a: Kora | ☆☆☆, privilegios, humanizar el sector…

Hablamos con la artista catalana sobre su nueva mixtape, la suerte de trabajar con mujeres, sus proyecciones de futuro y la importancia del lenguaje

Siempre fue la niña que daba golpes en la mesa y hacía percusión con los bolis. A Kora no le vino su padre y le dijo: “hija, te voy a enseñar música que vas a flipar” o “te voy a enseñar a tocar la guitarra”, nos comenta la artista entre risas mientras intenta encontrar el momento en el que surgió su inquietud por la música. Se le enciende la bombilla y recuerda que, de joven, su abuela cantaba y quería ser bailarina, y su abuelo, al que no llegó a conocer, cantaba, pero no profesionalmente. Dice que no sabe si le viene de genética, lo que tiene claro es que hizo caso a lo que le pedía el cuerpo.

Con 17 años a Kora el cuerpo le pidió que comenzase a lanzar música y su intuición no le falló. Tres EPs y un álbum después, sigue componiendo, interpretando y produciendo su material de forma íntegra en casa.

Entrevista kora
Kora


Loud Cave: Hace unos meses colgabas tu primer sold out en Madrid. ¿Cómo te sientes?

Kora: Feliz. El hecho de que no hubiese ni una sola persona invitada –ni amigos– y que fuesen todo personas que deciden un viernes por la noche venir a escucharme… La verdad es fuerte y no siempre es así en todos sitios. Hay conciertos en los que las entradas van fatal, pero es guay ir a otra ciudad y que haya personas que canten algo que has hecho tú en casa. Aunque también es raro porque es de mi casa a la nube y de la nube a la gente, no hay intermediario y vivirlo es fuerte.

LC: Abril fue un mes de emociones fuertes: lanzaste una mixtape y estuviste bastante activa promocionándola por diversos medios como Catalunya Radio o Radio 3. ¿Cómo afrontas esta nueva etapa en la que cada vez hay más miradas puestas en ti?

K: Igual, tranquila. No veo tampoco mucho la diferencia entre el antes y el después. Lo que más valoro son los proyectos guays y lugares que te den el espacio de hablar de cosas importantes, eso sí. Yo lo que realmente quiero es que me digan “what’s in your bag” o “qué llevas en tu riño”… Pues unas gafas que no son mías, una T-Mobilitat, un llavero de Mareo Life

LC: ¿Cómo definirías tu proyecto a alguien que no te haya escuchado nunca?

K: Seguramente no le diría nada. Nunca me presento a nadie diciéndole que hago música y además se me da fatal, me da mucha vergüenza y cuando estás en espacios con mucha gente creativa no me gusta decir “si yo hago música y tal”. Keep it chill. No porque no crea que lo mío no tenga valor, pero le quito importancia porque mucha otra gente hace cosas también súper guays. No intentaría venderlo, a mí me gusta que la gente se lo encuentre o como mucho diría “escúchatelo si tienes un momento”.


LC: ¿Por qué ☆ ☆ ☆?

K: Principalmente es una cuestión estética. Pero en general me cuesta bastante poner títulos porque me parece muy duro ponerle un nombre a un disco entero o a un EP. Hasta ahora los nombres que había conseguido ponerles a los proyectos me parecía que englobaban muy bien la idea, pero en este caso no había manera. Llevaba dos meses pensando y antes de ponerle cualquier cosa insignificante pongo algo que al menos me guste. Hacía tiempo que veía artistas que usaban los simbolitos como Four Tet con su alias ⣎⡇ꉺლ༽இ•̛)ྀ◞ ༎ຶ ༽ৣৢ؞ৢ؞ؖ ꉺლ, bastante referente de la música electrónica, y esto me encanta. Es como Prince, antes de ponerse “Prince” utilizaba símbolos. Me parece divertido y si puede confundir a la gente, mejor. También me pregunto, ¿por qué tienes que querer ponerle una palabra? Al final estás haciendo música.

LC: ¿Cómo y cuándo surge?

K: El último disco lo premedité un poco, pero la idea de esta mixtape comienza cuando empecé a hacer música electrónica hace un año y medio o dos. No saqué mucha cosa y me apetecía recopilarlo todo y hacer ese in pass de mi etapa con la guitarra, más “indie”, a esto. No iré con una banda a tocar esta mixtape porque no tiene sentido, o si, pero no me apetece.

LC: Respecto al nuevo directo, junto a Berta Segalàs, ¿qué es lo que más valoras de este nuevo formato híbrido en el que combináis instrumentos y música electrónica en directo?

K: Para empezar, tocar con ella. Nos conocemos desde hace cinco años y antes que dúo en directo somos amigas y eso es súper importante. Nos entendemos y creo que es muy importante encajar en lo personal, mucho más que en lo laboral –que también porque trabajamos muy bien juntas–. Pero poder trabajar con una amiga, que sea una tía, que mi objetivo es trabajar 100% con tías (estamos en ello…). Por esta parte, bien. En cuanto al formato, la verdad es que estoy muy contenta y estoy muy orgullosa porque lo organicé todo yo. Comencé a hacer la reformulación del directo en enero y solo tuve un mes y medio para hacer el cambio de formato, comprar todo de nuevo y hacer una inversión porque también monté una sala de ensayo. Literalmente duermo, en mi cabeza tengo el estudio y a la derecha tengo la zona de ensayo. Es un privilegio tener esto y no tener que salir de mi safe place.


LC: ¿Juega a favor o en tu contra hacer todo este proceso creativo en tu propia casa?

K: Es verdad que hacer todo el proceso de principio a fin cerrado es limitarse un poco, porque son unas solas orejas y no está mal que haya algo externo que lo escuche. Pero creo que comenzarlo todo en casa es de lo mejor que puedes hacer, más que nada porque estás en un espacio seguro, puedes cantar y hablar sobre lo que quieras, grabar voces y probar cosas. No me da vergüenza, pero en ese momento te muestras vulnerable y hacerlo en un espacio en el que estás pagando, sabes que tienes unas horas limitadas y donde hay otra persona y encontrar esa persona… Al final en tu casa tienes tu calor.

LC: No sé si en alguna ocasión te has sentido fuera de lugar o incomodada justamente por eso.

K: Estuve hablando con una amiga sobre el tema y me di cuenta de que soy muy privilegiada por no haber tenido que compartir espacios con hombres y que esto sea un privilegio es bastante fuerte. Que sea privilegiada de no necesitar una persona externa y si encima le sumas factores económicos… Yo comencé con prácticamente nada y he ido mejorando, pero si quieres hacer algo, tienes muchas ideas y con lo que te encuentras son todo hombres… Yo tengo mucha suerte.

He compartido espacio con amigas y amigos que también producen y se nota mucho que hay mucho paternalismo y machismo, mucho de todo lo que no está bien. Y es una mierda, porque si estás en un espacio en el que te tienes que sentir vulnerable y ni tan solo estás cómoda… Al final hacer música se acaba convirtiendo en un privilegio.

Soy muy privilegiada por no haber tenido que compartir espacios con hombres y que esto sea un privilegio es bastante fuerte


LC: También creo recordar que en una entrevista hace unos años te preguntaban tu opinión sobre el uso del autotune.

K: ¿Cómo te sientes tu con tus calzoncillos? Los llevas y ya, ¿no? Los usas sin planteártelo. Me dicen: ¿por qué usas autotune si sabes cantar? Y no va de eso, es una herramienta más.

LC: Hace poco, comentabas en una entrevista que has tomado como referente a Kaytranada para la creación de este trabajo. ¿Destacarías otros artistas o motivos que te han hecho virar hacia sonidos electrónicos y club?

K: La noche, compartir música con amigos y escuchar en directo un bombo que te cruje el pecho me hizo querer hacer también eso. Si haces algo más acústico es más complicado, pero cuando entran elementos electrónicos cambia. Ver en directo Overmono, Metronomy y, ya yendo a cosas más oscuras, a VTSS con su technazo duro, o a Jamie xx, estas cosas son otro mundo.

No sé si hay algo en concreto que me ha hecho virar hacia la electrónica porque llevo escuchándola desde pequeña. Me ha dado por explorar porque es un mundo muy amplio y porque la electrónica es el ambient también, que nos imaginamos un bombo a cuatro durante cinco horas, pero también son cosas preciosas. El poder jugar a modular las cosas me encanta. Por ejemplo, coger el ruido de una paloma haciendo grucgruc y convertirlo en un instrumento, a mí eso me gusta, el hecho de que sea un mundo bastante infinito e ilimitado.


LC: En ☆ ☆ ☆ generalmente prevalece el componente sonoro frente a lo lírico. ¿Contemplas lanzar un proyecto más bien instrumental sin tu participación como cantante?

K: Tengo bastantes cosas que no he sacado y que son puramente experimentales. Me lo planteo y, de hecho, el año pasado creé un alter ego y temporalmente sacaba música a partir de eso porque me apetecía meterme full instrumental, pero luego me comencé a rayar porque no sé hasta qué punto tenía que separarlo de mi porque al final soy yo también. Tener un segundo proyecto al principio puede ser problemático, ya que todo se complica. Lo dejé y seguía sacando todo a mi nombre, por lo que ahora estoy en ese proceso de transición.

En directo estamos haciendo un 70/30% en el que el 30% es mi anterior material. Me siento más libre con esto. Además, yo realmente estoy comenzando ahora mismo, he estado experimentando cosas y tampoco siento que estuviese asentada en nada… Es que tengo 21 años. A veces pienso si realmente hago las cosas porque de verdad me gusta, pero estoy descubriendo y no es tan raro.

La noche, compartir música con amigos y escuchar en directo un bombo que te cruje el pecho me hizo querer hacer también eso


LC: Pese esta prevalencia del sonido frente a tu voz, tu capacidad compositiva y la forma de narrar tus vivencias sigue brillando también en este nuevo trabajo. ¿Crees que, pese al cambio de sonoridad, este es uno de tus sellos de identidad?

K: Ser intensa y ser dramática sobre la vida. Yo es que pienso mucho, escribo notas en el móvil y me va muy bien canalizarlo todo a través de la música, porque muchas veces no sé identificar lo que estoy sintiendo o lo que me está pasando, lo canto y pienso: ah vale. Me sirve como terapia, pero principalmente yo la música la utilizo como canal porque necesito hacerlo. No lo premedito, es que yo soy así: yo hablo mucho, soy una paliques, ¿cómo no voy a palicar con la música?

LC: ‘no fue amor’ lanza una baza en contra del amor tóxico, ‘olvido’ habla del desamor y en ‘all my loving’ reivindicas amar sin pudores ni remordimientos. ¿Qué viene antes de esta mixtape: la idea o el sonido?

K: Creo que van de la mano. Al final el sonido es inconsciente, tiene una mínima lógica, pero porque también va por etapas. La cohesión sonora surge de forma bastante natural porque yo ahora estoy escuchando cierta música, así que por mucho que no quiera la música que haga yo este año acabará sonando un poco de la misma forma. A no ser que tengas una idea súper clara y a partir de ahí haces el resto, yo primero suelo hacer un par de cosas y a partir de eso después pienso, tampoco me gusta tener que pensar que tenga un sentido.


LC: En ‘no fue amor’ también te escuchamos cantar en primera persona del masculino. ¿Por qué?

K: Porque quedaba y rimaba mejor en masculino. Realmente no sentí nada en concreto ni he querido buscar una etiqueta, pero desde pequeña comencé a tener dudas sobre la expresión de género, cómo me veía a mí misma y cómo me percibía la gente. No ha sido algo que me haya rayado mucho, así que me da igual que te dirijas a mí en femenino o en masculino o que lo haga yo misma de una forma u otra. Los cánones que tenemos establecidos son un poco absurdos y que todo se reduzca a dos cosas no tiene ningún tipo de sentido con la de gente que somos.

Creo que el lenguaje es muy importante. Cómo hablamos, cómo nos referimos a la gente, cómo nos expresamos… Al final el lenguaje para mi es otra forma de cuidar. Para mi dice mucho cómo la gente se comunica. Yo creo que nosotros también debemos tener la libertad de referirnos a nosotros cómo queramos. Como la gente que dice, ¿pero tu amigo qué es? Qué más da, si lo preguntas para saber cómo referirte a esta persona, vale, pero hacerlo por puro marujeo… Se ve la intención que tiene la gente y no es una línea fina, es bastante gorda.

El lenguaje es muy importante. Cómo hablamos, cómo nos referimos a la gente, cómo nos expresamos… Al final el lenguaje para mi es otra forma de cuidar


LC: ¿Dónde queda la promoción en tu proyecto?

K: Para mi es más natural hacerlo de esta manera. Me gusta mucho cuando descubro artistas que me pasan amigos porque lo veo súper humano. También me parece súper bien la gente que decide ir por el camino de tener clara la idea, la estética, el color, el feed de Instagram… Pero me gusta poder humanizar a la gente del sector. Y yo que estoy a nivel súper chill, que no soy nadie, pero aun así he notado en espacios como en los backstage en los que ves a la gente cómo habla y ves como su persona es el personaje que se han creado, y está bien, pero me gusta más que sean personas reales y les puedas preguntar: ¿y cómo está tu abuela? Me gusta pensar que hay gente real detrás de la música.


LC: Para terminar, unas preguntas rápidas. ¿Última canción que has escuchado?

K: He estado escuchando el nuevo disco de SIMONA y el de DINAMARCA.

LC: ¿Colaboración de ensueño?

K: Yaeji.

LC: ¿Sello con el que firmarías?

K: Ahora mismo nungo a no ser que me den una propuesta muy interesante.

LC: ¿A qué artistas no hay que perderle la pista?

K: AMORE, Gazzi, Queralt Lahoz, L’Beel, Vera Fauna, Blanco Palamera, Julia Nar y Nina Emocional.

Total
0
Shares
Prev
Loud Cave Selection #356: cassö, Le Youth & Lane 8, P Money, Anderex…
Selection

Loud Cave Selection #356: cassö, Le Youth & Lane 8, P Money, Anderex…

Una semana más, os traemos las referencias musicales más destacadas del universo

Next
Travis Scott nos invita a vivir nuestra propia “UTOPIA” a través de su música
Travis Scott UTOPIA

Travis Scott nos invita a vivir nuestra propia “UTOPIA” a través de su música

La superestrella del rap regresa al formato largo con las expectativas de su

You May Also Like

¡Entérate de todo el primero!

Suscríbete a nuestra newsletter y entérate de todo antes que nadie. Prometemos que no vamos a ser pesados.