El malagueño revela los demonios de su trayectoria, junto a su compatriota Sceno, completando así el trabajo más elaborado de su carrera

Ya hace más de dos años del broche de oro al RAPSINCORTES. Un legendario cypher con el que Foyone se consolidó como figura histórica del hiphop en España. Aunque se había dejado ver en otros proyectos, había ganas de volver a verlo vestido de largo. Y tras esta espera ha vuelto con un sonido renovado, junto a su inseparable Sceno, para lanzar DEMONI. Su trabajo “más cuidado y elaborado hasta la fecha, desde el concepto, hasta la producción”. Y es que, sin alejarse del rap y de su esencia habitual, ha conseguido implementar muchísimos instrumentos a la producción de este nuevo disco, lo que da un salto de calidad inmenso a su sonido.

Se le ha conocido por diversos nombres y se ha presentado de mil maneras, como “El Mesías”,  “El Presidente”, “El Reptiliano”, más habitualmente como Foyone, pero siempre siendo Pedro Armando Navarro. A lo largo de todos estos aka’s y de una trayectoria musical de más de una década, el rapero malagueño ha transcurrido por distintas etapas. Pues su nuevo LP representa tres de estos periodos, en tres distintos bloques, siempre centrando su mensaje en problemas sociales como la ansiedad, el poder o el dinero, entre otros.

El primero de ellos se basa en una fase que él mismo define como “más ignorante e infantil en la que quería comerse el mundo”. Más adelante pasó por momentos densos, repletos de oscuridad, donde acaba rogando ayuda a Dios. Y finalmente una más reflexiva y esperanzadora en la que vuelve al punto de partida, pero con una transformación y unos conocimientos adquiridos que le permiten ver todo el camino con otra perspectiva. Todo este viaje es acompañado de figuras y lenguaje religioso, así como de un narrador que trata de guiar el camino del protagonista.

Los tres adelantos del álbum ya dejaban entrever un poco esta distinción de instantes vitales, desde la estética de sus portadas, hasta el contenido de sus canciones. ‘BANANA SPLIT’ refleja esa actitud desafiante hacia los más poderosos, tratando de bajarlos un estrato terrenal y mundano. Concretamente hay una frase que deja muy claro este mensaje “El hombre rico caga igual de feo que lo haces tú”.

En este primer bloque se encuentran ‘BUCLE’ y ‘SMOKER FREESTYLE’ que hablan del ansia por el dinero, del sacrificio que hay que hacer para llegar arriba y de cómo se repite una y otra vez el mensaje de querer ser el mejor. “Consumo el veneno de la ambición” es la frase que resume mejor esta primera parte del esqueleto que vertebra el proyecto.

‘RIP MICKEY’ es un skit que transiciona hacia la oscuridad del álbum, tanto por el mensaje como por una instrumental estridente y psicodélica. ‘PECADOR’, a través de un coro de góspel, habla de la afinidad que encuentra Foyone con el infierno y el temor a Dios, lo que le arrastra al averno.

“Nada que celebrar, pero hoy me voy a drogar” es el estribillo del siguiente track, ‘NADA QUE CELEBRAR’ y seguramente una de las frases más duras del disco. Una reflexión sobre la necesidad de evasión que siente el protagonista, así como gran parte de la sociedad y que, mucha gente, encuentra en la droga.

El segundo single, ‘3 SEGUNDOS’. Trata una ruptura que trastoca todos sus esquemas en su interior y que le lleva a “3 segundos de volverse loco”. Un punto que parece su límite. ‘PSICÓTICO’ es el tema más corto del trabajo. Un minuto y quince segundos de pura crítica y locura que continua en la línea oscura de este segundo bloque.

En ‘PORQUE?’ cuestiona su entorno y el nacimiento de sus problemas, reflejando, otra vez, las contradicciones sociales. Esta pista acaba con un mensaje de una persona encomendándose a Dios para salir del infierno. Algo que enlaza a la perfección con ‘CHOCOLATE`, el siguiente tema, en el que parece que toca fondo y solo le queda rogar a Dios para poder sobrevivir.

El tercer y último adelanto fue ‘LUCES AZULES’, que da muestras del tercer bloque arrojando un poco de esperanza entre tanta ansiedad. Un track en el que muestra el amor hacia los suyos y la presión de no poder fallarles. Esta luz se refleja mucho mejor en ‘LIMBO’, donde Foyone deja a un lado el dinero y todo lo material, para centrarse en sí mismo.

‘FLASHBACK’ no podía tener mejor título, pues a través de recuerdos hace una crítica hacia la contaminación que recibimos las personas conforme vamos creciendo. Desde la educación, las apariencias o la ambición de la que hablaba previamente.

Las dos últimas canciones del disco hablan desde la mirada crítica de alguien que a atravesado una trayectoria con altibajos y ha sabido alejarse para coger una perspectiva distinta. ‘UN BUEN HOMBRE’ vuelve a hablar de los sacrificios que hay que hacer por lograr un supuesto éxito y cómo él ha aprendido de eso. Aún sabiendo que la vida es un camino de subidas y bajadas. Que el momento de luz en el que se encuentra es el inicio de un nuevo camino en el que aparecerán nuevos problemas. Finalmente ‘OMNIPRESENTE’ es la conclusión a todo este viaje. Una mirada al pasado para saber quién es y quien será en un futuro. “Para conocer mi vida hay dos cosas que te tienes que fijar, De donde vengo y a donde voy a llegar”

Un viaje con trazos de góspel, rock o de música psicodélica, entre otros tintes, que ayudan a entender un concepto y un mensaje muy poderoso. Los altibajos de una persona que parece tenerlo todo, pero que analiza cada una de las gotas de su sacrificio. Una odisea de autoexploración donde el protagonista logra llegar al punto de partida, pero con un aprendizaje sobre todo aquello que ha vivido.