Fundamental en el mundo de la producción y la acústica, hoy vamos a conocer en profundidad a la reverberación.
¡Muy buenas a todos! Un nuevo capítulo de ciencia llega a la cueva. Hoy nos acompañará el fenómeno de la reverberación, usualmente confundido con el eco y que, aunque estrechamente relacionado, algo distinto. Puede parecer algo abstracto y complicado pero intentaremos que dentro de unos minutos seáis capaces de comprenderlo.
Hay algunas cosas que debemos entender antes de abordar el concepto principal de hoy. Cuando se emite una onda sonora, esta viaja a lo largo del espacio en todas las direcciones. Durante su viaje, la onda puede rebotar -debido al fenómeno de la reflexión- o rodear obstáculos mientras pierde su energía hasta desaparecer.
En el caso de darse un rebote, el cerebro humano necesita entre 70 y 100 milisegundos -dependiendo del tipo de sonido- de diferencia entre el sonido original y el rebotado para poder interpretarlos como dos sonidos distintos. Asumiendo un ambiente en condiciones normales, la velocidad del sonido es de en torno a 340 metros por segundo. Haciendo un calculo sencillo podemos llegar a la conclusión de que se necesitan unos 34 metros -ida y vuelta- para que se perciban como distintos un sonido original y uno reflejado. Esto establece una distancia umbral de 17 metros para que se produzca reverberación o no. Por encima de 17 metros tendremos eco, por debajo reverberación.
Explicado esto, la reverberación puede definirse como una ligera persistencia del sonido una vez que la fuente emisora ha dejado de emitir dicho sonido. Al ser ésta una acumulación de reflexiones del sonido original, cuando al reverberación actúa el sonido que llega al oido humano lo hace de forma distinta al que llegaría un sonido sin reverberación, por lo que se debe controlar.
Pese a que existen distintos parámetros para medir el efecto de la reverberación, el más característico es el tiempo de reverberación (TR). El TR se define como el intervalo de tiempo que pasa entre que se deja de emitir el pulso sonoro original hasta que la presión sonora ha descendido 60 dB con respecto al pulso original.
Como podréis imaginar, la reverberación, al modificar el sonido, es un fenómeno bastante importante en la acústica de recintos. Para controlarla se suelen utilizar distintos materiales absorbentes o para controlar la reflexión hasta que los valores se ajusten a los deseados.
A su vez, la reverberación es muy utilizada en el mundo de la producción, existiendo gran cantidad de plugins que añaden este efecto a samples o sonidos. Esto se debe a que, por lo general, el hecho de añadir reverb a un sonido lo hace más natural, más reconocible para el oido humano. Estos plugins incorporan, además del TR, distintos parámetros para poder adaptar el reverb a distintos tipos de recinto (size), eliminarlo en determinadas frecuencias (high/low cut), hacerlo más o menos duradero (decay time), y un largo etcétera.Hasta aquí la lección de hoy, cavernícolas. Como siempre, esperamos que hayáis aprendido algo nuevo hoy. Si queréis seguir profundizando en el tema y vuestro inglés os lo permite, haciendo clic aquí tenéis otro artículo hablando sobre los tipos de reverberación y los parámetros típicos presentes en los plugins. ¡Hasta la próxima!