Con su debut, la artista de origen japonés Rina Sawayama fortalece su mezcla de influencias a la vez que se presenta como persona

Tres años después de que apareciera en el mercado con uno de los EPs más memorables en la historia del pop reciente, la cantante británico-japonesa Rina Sawayama ha resurgido con su magnífico álbum debut, “SAWAYAMA”. En este, la cantante deja de hablar de la sociedad en los tiempos que nos corren como hizo en su trabajo anterior, para abrir los capítulos de su propio libro y hablarnos de los conflictos que le han acompañado toda su vida. Nacida en Japón, la artista comenzó a vivir desde niña en el Reino Unido, y es aquí donde ha vivido las injusticias que escuchamos en el LP debido no solo a su procedencia, si no también su condición de mujer y componente de la comunidad LGTBQ+.

Desde que comenzara a sacar canciones, el estilo de Rina Sawayama ha lucido de una manera diferente a ninguna otra estrella del pop (gracias en parte también a su frecuente colaborador, el productor Clarence Clarity). En este, la artista ata influencias de pop de los 2000 de Britney Spears o Christina Aguilera con luminosas melodías sintéticas actuales e inesperados vuelcas de tuerca hacia el nu-metal, el house, el rock o el R&B. Todo esto queda además recogido en el apartado visual de su proyecto en el que se alude constantemente a la cultura japonesa (véase la portada sin ir más lejos, o el reciente lyric video del último adelanto “Bad Friend”, el cual es como si fuera el vídeo que apareciera en un local tradicional de karaoke).

De una manera menos bonita, Rina Sawayama cuenta en varias canciones cómo sus rasgos y herencia han hecho que en varias ocasiones víctima de microagresiones y racismos que van desde el fetichismo hasta comentarios que no pretenden ser molestos, pero lo son. Esto lo tratan canciones como la popera “Tokyo Loves Hotel” o “STFU!”, el chocante primer single con el que presentaba el álbum. Este es el más metalero de los cortes y cuenta con el momento brillante del estribillo en el que manda callar de una manera pasivo-agresiva. 

El hecho de mudarse de Japón a Gran Bretaña y el consecuente divorcio de sus padres no hicieron a Rina Sawayama unas primeras etapas jóvenes en su vida. Ello la hizo sentir que no pertenecía en ningún lugar, además de promover situaciones tumultuosas con algunos miembros de su familia. Estas historias las cronifica en canciones como el rítmico “Akasada Sad”, en el cual se pueden escuchar referencias del R&B de Justin Timberlake; o el multi-instrumental cierre “Snakeskin”, que contiene palabras de su madre.

En otro orden de cosas, en “SAWAYAMA” hemos corroborado algo que podíamos intuir pero que la cantante no había probado hasta ahora, y es lo bien que se le da hacer baladas. Su voz es potente y con cuerpo, y su manera de componer melodías es envidiable por muchos, por lo que no es sorpresa que en las dos que encontramos en el álbum encontremos momentos más memorables que olvidadizos, no como suelen ser este tipo de canciones en otras artistas de su perfil. Así, en “Bad Friend” encontramos una gran combinación de producción in crescendo y voces modificadas en las que Rina admite no haber sabido mantener buenas amistades pasadas de su vida. En la asistida por Danny L Harle “Chosen Family”, por su parte, da las gracias a sus fans por apoyarla y celebra además sus diferentes naturalezas.

No hay canciones en este álbum que Rina Sawayama no haya sabido hacer brillar, por supuesto también con grandes momentos pop infeccioso como “XS”, canción para la cual termina de estrenar vídeo, el opener “Dynasty” o la ultra-bailable “Comme Des Garçons (Like The Boys)”, la cual termina de explotar todo su potencial en el posterior remix con Pabllo Vittar. Podemos afirmar sin miramientos que la artista se está haciendo un gran camino que poco a poco la está consolidando como una de las estrellas más importantes del pop alternativo, con una respuesta de la crítica que además la acompaña. Ya puedes escuchar a continuación “SAWAYAMA” al completo: