Hacerse hueco durante dos noches seguidas en la ciudad condal sin siquiera álbum publicado es complicado, pero no es una tarea pendiente para rusowsky
Foto de portada de @antxniosoto
La Apolo abrió sus puertas para recibir con los brazos abiertos el primer espectáculo de rusowsky en Barcelona (más allá de su paso por festivales). Pese a ser jueves, llegó un punto en el que era complicado hacerse hueco entre el tumulto de mullets y aros de plata. Sin embargo, y para sorpresa de muchos, también era habitual toparse con gente que sobrepasaba los 40. Lo que compartía este variopinto y curioso público eran las ganas de vibrar y disfrutar del productor criado en Fuenlabrada.
Pese a la insistencia de los silbidos y un rumor cada vez más ensordecedor, el artista vallisoletano se hizo de rogar y no apareció hasta una hora y media después de la apertura de puertas. El pistoletazo de salida lo dieron sus visuales, como más aleatorios y fortuitos, mejor. Acompañado de su colega DRUMMIE en la tabla de mezclas y una puesta en escena minimalista en la que unas pocas luces y unos visuales eran los únicos acompañantes, el artista apareció escondido bajo múltiples capas de ropa como es habitual.
Una de las grandes noticias de la noche, la publicación de su álbum este año 2024, fue de las primeras cosas que anunció el cantante al coger el micro. Con la misma soltura de quien da las buenas noches y agradece al público por estar allí, anunció que su primer larga duración es un hecho. Para hacer más amena la espera, rusowsky no se andó con rodeos y fue a piñón desde el principio. La disruptiva ‘OKRO’ fue la que abrió la noche, sin escatimar en euforia ni desparpajo, rusowsky hizo lo que mejor se le da: deambular por el escenario dando saltos. ‘no t dejas ver’ bajó revoluciones y nos hizo entrar en la burbuja que crea el artista en este tipo de canciones: confidenciales pero con un registro club que también las hace bailables en la pista.
Colaboraciones como la sucesora demuestra que el ruso no únicamente está en el radar nacional. ‘brujita’ junto a la argentina Saramalacara continuó abriendo la lata para dejar al público olfatear la gestación de algo grande. Aún no sabemos el qué, pero todos fuimos testimonios de que esta escena nacional de jóvenes promesas eclécticas no se da por casualidad. A la vez que coquetea con artistas internacionales, también sabe compartir con los suyos, por eso el siguiente tema fue ‘GOOFY’ junto a TRISTÁN!. De canciones con sus amigos y compañeros de profesión no podía faltar su bop ‘GATA’ junto a Ralphie Choo y la ya mítica ‘Dolores’, también en compañía del creador de SUPERNOVA. En esta ocasión tampoco pudimos disfrutar de su presencia, pero sí de forma telemática a través de una videollamada.
Parece mentira que durante cuatro años no exista un proyecto, ni EP siquiera, que aúna los múltiples sencillos que ha lanzado el artista desde sus comienzos en 2019. Pero tampoco daba tiempo a reflexionar mucho sobre ello porque derrepente ‘bla bla bla’ y a presumir del piquete dando botes por toda la sala. También hubo de ‘pikito’ y la resignación de sentirse irrelevante para alguien, de sentirse dolido con ‘B.I.L.L.’ o de ritmos palmeros y rumberos para verle el lado bueno al pasar página con ‘Liit’ junto a Çantamarta.
El interludio al cierre de la noche fue una versión propia, makinera y trallante de ‘Papi Chulo’ fusionado con una especie de funk brasileño. A partir de ese momento, bajón con ‘LOTO’ y la que ya es más famosa que su versión original ‘mwah :3’ en formato acústico a piano e iluminado por las linternas y los mecheros de la Apolo. Del trance de escucharlo desde una nube nos alcanzó un soplón de aire y nos bajó a los suelos con la versión electrónica de ‘mwah :3’ tras interpretarla también en su versión original. Hubo propuestas para todos los gustos, para que no se diga.
‘bamboo’ y unos berridos de niño mixeados con una base electrónica dieron paso al tema que cerraría la noche pero todos sabíamos que no lo haría. ‘So So’, una de sus primeras canciones y de las más conocidas, comenzó a poner el broche de oro y serviría de preludio para el día siguiente acabar de culminar el paso del ruso por Barcelona. Sin embargo, la que terminaría cerrando el concierto fue ‘VALENTINO’ (al igual que también sucedió en el concierto de Ralphie). Porque lo mismo que nos trajo aquí nos tiene que llevar de vuelta con derrapes y ritmos acelerados en los que sentimos que nuestro cuerpo aún tenía ganas de más. No importaba que fuese jueves y que al día siguiente tuviésemos que currar, durante esa hora el tiempo se detuvo para presenciar los brincos de rusowsky durante un buen rato.
