La cantante argentina se convierte en la madrina de ESFERA DE AMOR, un álbum debut repleto de matices y mucho mimo

Ya nos dejó caer una pista en la Sala VOL a principios de año con el dresscode, “animalitos del bosque”. Escasos meses después, SIMONA canaliza sus emociones y se libera en su primer álbum. Un alegato ecléctico al amor propio y a la amistad que bebe del imaginario y las criaturas fantásticas. Disfrutona en su propuesta junto a la sobresaliente producción de Sr. Chen, más allá del universo ficticio y sonoro, la artista comparte un ejercicio de honestidad y entrega con todxs nosotrxs.

Poco después de su lanzamiento, Simona Saballi compartía en redes sociales que ESFERA DE AMOR se hizo “con muchísimo amor y tristeza” y fue su contención “para salir de una depresión muy grande” por hacerse grande y no entender el mundo. A partir de la visceralidad como uno de los puntos de partida, la cantante afincada en Barcelona ha creado una especie de refugio con su primer álbum. “Espero que sea el espacio a salvo de muches y el lugar para ir cuando no todo está tan bien”, decía en Instagram. Simona crea un espacio de comunión, aunque no en el sentido cristiano precisamente.

ESFERA DE AMOR es un lugar de comprensión, liberación y fiesta entre amigxs. Como si de una carta –o un abrazo de una amiga– se tratase, la artista pone sobre la mesa el concepto del álbum con el primer tema, ‘COSTE’. Un mensaje sobre una mala época que transmuta en momentos mejores bajo una atmósfera cálida y reflexiva con destellos house.

El disfrute crece con la escucha en orden. De ‘COSTE’ pasamos a ‘POLIDRAMA’ sin darnos cuenta y nos encontramos con uno de los pocos reggaeton del disco que rompe con la dinámica rumiante. Repleto de hedonismo, ‘POLIDRAMA’ incita a disfrutarlo como mejor se merece; en la pista. De canciones para disfrutar codo con codo -pero sin compromisos– también encontramos ‘NO ME GUSTA COCINAR’ junto al rapero argentino Broke Carrey. En esta colaboración ambos artistas forman una dupla perfecta en la que saboreamos fraseos como: “quiere que le invite a cenar, pero a mi no me gusta cocinar”.

Y si lo que buscas en ESFERA DE AMOR son canciones para bailar, tienes más de dos tazas. La propia Simona lo concibió para que fuese de esta manera.“Yo que vivía muy lejos y me crucé todo el mar, quería venir a cantarte un poquito, lo demás es bailar“, narra en la canción homónima al título del disco. Así está sucediendo: muchos de sus cortes suenan en los clubs. Son ejemplos ‘ÁMATE’, donde recalca la importancia del autocuidado, el descanso y el tiempo para una misma bajo un sonido trance y synth-pop, o los adelantos ‘SHAMPOO’ y ‘PLUSH’, en los que la argentina se luce en una base house y beats de los 90 con su reclamo a la redención. Goal cumplido, Simona.

Otro de los aspectos que reafirma la cantante en este larga duración (y lo enriquece de igual forma) es su polivalencia al transitar por distintos géneros. En ‘TRIGAL’ versiona a Sandro (Roberto Sánchez), emblema de la canción melódica argentina y en ‘ADENTRO DE MÍ’ la de Mendoza se adentra en un drum&bass que nos descubre otra faceta suya aún más sincera si cabe: “siempre pensando que no me defiendo pero me puse delante”, canta.

La argentina también destaca al adoptar discursos en sonoridades aparentemente antagónicas y nos brinda dos colaboraciones más: ‘DUELO’, junto a AMORE e Irenegarry, un hit R&B que nos permitimos el lujo de bautizar como la triada pop por excelencia del panorama nacional, y ‘PRETTY COLLAGE’ junto a la cantautora mendocina Anyi, donde unen fuerzas en un dream pop con toques de UK garage.

La senda del baile la continúan temas como el funk de ‘LLAGA VERDADERA’ o la punzante ‘MELONI’, donde la artista utiliza como apertura parte de un discurso de Giorgia Meloni (presidenta del Consejo de Ministros de Italia) que tuvo lugar en un mitin de VOX para desafiar con tono irónico discursos políticos reaccionarios como el suyo. En este último corte, más allá de oponerse a los discursos de odio, cuestiona a aquellos que los reproducen y la doble moral que presentan en numerosas ocasiones con aspectos como la sexualidad, tal y como cuenta en una entrevista junto a Aïda Camprubí.

Porque como bien dice la periodista catalana, “el colectivo queer no ha tomado la pista de baile solo para que lo pasemos bien”, y si algo canta Simona en su primer álbum es que, además de disfrutar y bailar, nuestra generación quiere hacerlo libremente.