ZHU nos lleva en su álbum “Ringos Desert” a su personal oasis sanador

El productor asiático/americano consigue con su segundo largo combatir sus flaquezas y seguir expandiendo su sonido característico

Por muy misterioso y desaparecido que se encuentre normalmente ZHU de las redes sociales, somos muchos los que siempre le tenemos en mente e intentamos estar al tanto de sus novedades. Esta vez ha llegado el turno de el nuevo proyecto largo del productor, su álbum “Ringos Desert”, el cual no es más que el colofón de la primera parte que el mismo presentó a finales de primavera. Se trata de un disco que sucede a una serie de lanzamientos que parece estrenó sin ninguna intención concreta a principios de año: la potente “Blame” junto al prodigio del bass Ekali y “Jet, The Doberman”, su arriesgada apuesta por el trap que, aunque prometedora, perdía fuerza a medida que avanzaba el track.

Es curioso cómo pueden comenzar los nuevos trabajos, pues según cuenta el asiático/americano a Billboard en una entrevista, “el origen de este proyecto es algo oscuro. Comenzó cuando mi guitarrista sufrió un divorcio traumático. Quise crear un álbum terapéutico para que él pudiera tocar lo que sentía sin tener que hablarlo, y siempre he visto el desierto como un lugar sanador…”. Esta historia cuadra perfectamente con algunos rasgos de “Ringos Desert”, que además de las letras de desamor es la mayor presencia de guitarras con respecto a trabajos anteriores.

Si bien las características de los rasgueos y las distorsiones se mantienen, todo ello adquiere un mayor protagonismo aquí, donde se crea un ambiente diferente al de “Generationwhy”, el primer álbum de ZHU. De esta manera, hemos pasado de un LP inyectado de bases trap y house penetrantes a otro mundo en el que el nominado al Grammy se despoja de elementos urbanos y, aunque mantiene su esencia del mismo estilo en las bases, le da un mayor protagonismo a las atmósferas y melodías más evanescentes imaginando espacios grandes (similares a algunos de sus tracks anteriores como “Palm Of My Hand”).

“Ringos Desert”, al igual que el largo anterior, ha sido creado para mantener un ambiente “chill”, relajado. Como el dice en sus propias palabras, esta vez se trata de imbuirse en “el viaje espiritual de uno mismo”. Una vez más la mayor proporción de los vocales son cortesía del propio productor, quien utiliza su peculiar voz como tal, bien la modifica o también la usa a modo de falsetto. Además, en este nuevo LP cuenta con colaboraciones de artistas de diferentes géneros, desde el productor TOKiMONSTA, la pareja emergente de R&B Majid Jordan o el líder de Tame Impala, Kevin Parker.

Hay que reconocer que ZHU se ha quitado del medio para este nuevo trabajo una de las piedras con la que se tropezó en “Generationwhy”. Esto es la poca variedad en las bases, que a la larga acababan pecando de monotonía en la parte rítmica, y que aunque esto es algo que no rechina escuchando una sola canción o incluso los primeros EPs que el autor de “In The Morning” ha sacado al mercado, pero cuando estás escuchando un largo de 14 canciones se hace más latente y podría llegar a aburrir a los oyentes. Esta vez las bases son mucho más ricas y se incorporan de una manera más natural con el resto de elementos, respetándolos cuando se debe y sobresaliendo los instantes en los que lo tienen que hacer.

El tema con el que comienza el álbum, “Stormy Love” junto a JOY., es como el principio de una película de spaghetti western en el momento en el que alguien comienza su aventura en el desierto. Con unos synths crecientes y unas melodías que serán protagonistas, ZHU comienza a cantar sobre alguien de quien no quiere recibir llamadas, y la voz femenina de JOY. ejerce como una especie de narrador. En “Still Want U” junto a Karnaval Blues la voz del colaborador  retumba como una voz que no logramos quitarnos de la cabeza. Tiene sentido que en ella hable de todos los recuerdos del supuesto ex-amor, los cuales cuesta abandonar. Todo ello lo hace envuelto en ritmos suaves y más carente de melodías.

En “Guilty Love” encontramos a un ZHU productor más anclado a sus raíces bailables y ambientes oscuros y misteriosos, los cuales pegan de maravilla a este ambiente desértico que nos quiere transmitir. La guitarra eléctrica capta la atención en la segunda parte de la canción, tal vez tratando de contestar a la voz femenina que habla en la primera mitad. A continuación llega “Desert Woman” y con este track unos toques de progressive en beats y energía que raras (o ninguna) veces hemos visto en el productor asiático/americano pero que ha sobrellevado de perlas.

“Provocateur” es un track en el que incorpora ritmos y melodías del deep house con un loop de guitarra que se repite a lo largo de este, el cual nos lleva a pensar, una vez más, algo que el compañero del productor quiere expresar y esta vez de una manera repetitiva, tan vez a modo de mantra. “Burn Babylon” muestra un nuevo lado del misterioso productor. Aquí cuenta con la colaboración de Keznamdi y Daniel Wilson, dos artistas que aportan influencias dancehall a una envoltura electrofuturista y con muchos samples vocales creados por los sintetizadores de ZHU que resulta curiosa cuanto menos. De destacar es el final del tema, en el cual se incorporan una serie de instrumentos de viento que generan melodías orientales que recuerdan a bote pronto a los hipnotizadores de serpientes que habitan en las zonas desérticas del mundo.

Uno de los tracks más interesantes es “Save Me”, que a falta de una gran variedad de vocales tiene gran variedad de pizcas electrónicas que aparecen y se desvanecen por momentos, incluidas melodías envolventes y suaves solos de trompeta. “Ghost In My Bed”, por el contrario, comienza similarmente al primer tema, transportándonos al lejano oeste con silbidos y un guitarreo misterioso. Pronto comienzan los ritmos house y lo transforman en una canción de ritmo infeccioso y destinada a las pistas de baile.

“Love That Hurts” junto a Karnaval Blues, en su contra, sosiega con una voz característica y calmada alternada a la de ZHU, acordes de piano y algunos de los ritmos más ligeros que incluye el álbum. A continuación está “Light It Up” junto a TOKiMONSTA, el cual vibra en le misma onda que el track anterior con un mayor uso de samples vocales y vientos graves. “Drowning” ayuda a mantener este ambiente tranquilo con algunos ritmos y vocales urbanos pero que transmiten una mayor elaboración de los típicos beats trap que traía en su primer álbum.

Una de las mejores colaboraciones que hay en “Ringos Desert” es “Coming Home” con Majid Jordan, una de las parejas más a la alza en el panorama R&B americano. Estos han formado un tándem muy interesante con ZHU, quien ha adaptado su estilo parcialmente y lo ha fusionado al de los cantantes. Casi al final tenemos “Waters Of Monaco”, un instrumental casi en su totalidad muy relajante con una base muy elaborada. Finalmente en ‘My Life’, su colaboración con el vocalista de Tame Impala Kevin Parker, el productor vuelve a sus orígenes y estilo habitual caracterizado por un house de club que se impone sobre atmósferas misteriosas y melancólicas emergidas de los sintetizadores y algún que otro saxo. La estructura de la canción en sí es bastante repetitiva, hipnótica podríamos llegar a decir, en parte por la incesante frase repetida por los vocalistas a lo largo del tema “let me live my life” que actúa a modo de loop.

Ya puedes escuchar a continuación “Ringos Desert” al completo:

Total
0
Shares
Prev
Vitalic revive su ya olvidado alias Dima

Vitalic revive su ya olvidado alias Dima

El mundialmente conocido productor francés, Vitalic, revive su proyecto Dima con

Next
“Rise” es el himno que acompañara el mundial de League of Legends en 2018

“Rise” es el himno que acompañara el mundial de League of Legends en 2018

League of Legends es sin duda alguna uno de los videojuegos con más proyección

You May Also Like

¡Entérate de todo el primero!

Suscríbete a nuestra newsletter y entérate de todo antes que nadie. Prometemos que no vamos a ser pesados.