El artista de Portland lanza su segundo álbum de estudio, al que le acompaña un concepto y decenas de referencias a su vida. Todo ello con un estilo difícil de encontrar hoy en día.

Es un hecho que a día de hoy, la escena hip hop estadounidense tiene muchos artistas sonando exactamente igual. Flows demasiado parecidos, poca originalidad en las letras… Esto es justo lo que distingue a Aminé del resto. Desde su éxito debut “Caroline”, que se coló en el top 11 de Billboard en 2016, se podía notar que este artista está hecho de otra pasta.

Después de un álbum y una mixtape y de haber crecido muchísimo tanto en cifras como musicalmente, Aminé nos trae “Limbo”, un álbum muy diferente a todo lo que se puede escuchar hoy en día en esta escena.

Esto es algo que se puede comprobar desde el primer tema, “Burden”. En él encontramos una producción por Mac Wetha de lo más extravagante, con un sample de guitarra al estilo country y unos vocal chops de fondo que no pasan desapercibidos. Por encima, Aminé rapea con un estilo bastante calmado.

Algo que caracteriza “Limbo” es sin duda el uso de coros, generalmente con estilo cercano al gospel. También el flow bastante chill que nos recuerda a Mac Miller en ciertos momentos. Esto lo podemos apreciar en “Roots” junto a JID y Charlie Wilson, donde la unión entre estos artistas es realmente buena. “My Reality” también comparte algunas de estas características, rapeando de forma desenfadada sobre vivir tus sueños y encontrar la paz. Los bongos que hacen la percusión acompañan de forma original todo el track.

Pero si hay un tema que destacar por encima del resto dentro de esta “atmósfera” es sin duda “Mama”. Un tema que empieza a piano y donde escuchamos el típico “petardeo” de los vinilos en un tocadiscos. Este tema, como su nombre nos deja entrever, va dedicado a su madre; en él le agradece todo lo que ha hecho por él y todo su esfuerzo, también expresa que le añora cuando están lejos. El flow que Aminé mantiene durante todo el tema es simplemente genial, pero cuando nos fijamos en la letra es cuando realmente este tema nos toca. Al estilo de 2pac o Kanye West, Aminé rinde homenaje a la mujer más importante de su vida de una forma bellísima.

El otro estilo que abunda en “Limbo” y que también es lo que en gran parte ha llevado a Aminé a la fama es el r&b. Empezando por arriba encontramos “Woodlawn”. De nuevo esta es una referencia a su vida ya que Woodlawn es el barrio de Portland donde Aminé creció, y habla sobre lo diferente que era su vida de entonces a la de ahora después del éxito. La base de este track es de esas en las que Aminé se mueve como pez en el agua, además de muy adictiva.

“Can’t Decide” es otro de los temas de r&b del álbum. Junto al reconocido productor canadiense T-Minus, Aminé nos regala este hit donde habla de una complicada relación con una mujer. Nosotros no nos podemos sacar el estribillo de la cabeza. Algo parecido nos ocurre con “Riri”, producida por A. Pasqué, donde las vibras veraniegas y el matador flow del artista nos obligan a dejar la canción en repetición.

Por último en este campo no nos podemos olvidar de otra de las bombas del disco: “Compensating” junto a Young Thug. Tanto la base como la forma de rapear de ambos artistas en este tema es un soplo de aire fresco, con un estilo rompedor. De este tema tenemos videoclip oficial, donde podemos ver el concepto artístico que rodea a este álbum: la estética de tenis. El merchandising que acompaña a este álbum también gira entorno a ello, los diseños para promocionarlo… Original y elegante al mismo tiempo, todo sea dicho.

Como decíamos, Aminé se puede desenvolver en escenarios muy distintos, por eso es que su colaboración con Summer Walker “Easy” tiende más hacia el pop, “Pressure In My Palms” junto a slowthai y Vince Staples tiene un estilo “deep trap”, “Becky” tiene unos toques “retro” muy distintivos, “Fetus” con Injury Reserve tiene unos ritmos psicodélicos y “cansados” o incluso encontramos un interludio hablado en forma de homenaje a Kobe Bryant. Aminé tiene todos los colores de la paleta.

Aminé descubre así al mundo su espectacular versatilidad y ese estilo único, todavía algo infravalorado por lo que podemos apreciar. No sabemos si “Limbo” es el álbum que esperábamos pero sí el que necesitábamos.