Kanye Drake

¿Donda o CLB? Kanye y Drake ya no brillan como antes

Ya están fuera los discos de Kanye y Drake. Ambos con mucho tiempo de retraso, con piques entre ambos artistas y con unos resultados que levantan opiniones dispares.

No es nada nuevo que Kanye retrase el lanzamiento de un nuevo disco, lo ha hecho con casi todos los que ha sacado. Pero Kanye juega a su propio juego y es por ello que el lanzamiento de este “Donda” se preparó como nunca antes habíamos visto. Mientras el álbum aún seguía en el horno, el rapero realizó varias listening parties en el Mercedes-Benz Stadium. Allí también creó un estudio para seguir trabajando en él, en el cual dormía y retransmitía en vivo lo que hacía (se rumoreaba que pagaba 1 millón de dólares al día por estar allí). Lo extravagante e inusual de la preparación del release estuvo muy bien, pero lo importante llega con el álbum en sí (el cual Kanye dijo que su sello sacó sin su permiso).


Drake por su parte, iba a sacar “Certified Lover Boy” en enero de este año pero retrasó su lanzamiento por lo que en un principio indicó que se trataba de asuntos médicos. Durante este año lanzó el EP “Scary Hours 2” con tres canciones y también alguna que otra colaboración, pero ninguno de estos temas han entrado en el trabajo final.  

Por si fuera poco que estos dos artistas fueran a lanzar un álbum el mismo año, su eterno beef resurgió en estas últimas semanas. Este toma y daca con la filtración de la dirección de la casa de Drake de por medio, dio lugar a que Kanye quisiera lanzar su álbum la misma semana que lo haría él. Como todos los raperos de antaño y los actuales, ambos saben que el beef les beneficia. El hype creado con los retrasos del lanzamiento, las indirectas entre uno y otro y la publicación de los dos trabajos con muy poco tiempo de separación, crea un clima propicio para la especulación y la comparación de los álbumes y por ende, más reproducciones y repercusión mediática.

Pero como decíamos, lo que nos atañe aquí es la música que encontramos dentro de estos esperados trabajos. Y la cuestión es que ninguno de los dos parece, por ahora, que se vaya a convertir en un clásico.

Hablemos de “Donda”. Donda es el nombre de la madre fallecida de Kanye y este álbum va dedicado a ella. Pero realmente tampoco encontramos tantas referencias a su madre o canciones que hablen expresamente de ella, quitando algunos speeches suyos que Kanye ha introducido en los temas. Además, la inmensa cantidad de featurings roban el protagonismo en ciertas ocasiones, lo que motiva también a que el álbum no tenga una temática realmente definida. La influencia del cristianismo sigue muy presente en la música de Ye, con títulos que hablan por sí solos e intervenciones constantes del Sunday Service Choir. Y entre medias de este tributo a su madre y a Dios, Ye pide la liberación de Larry Hoover, preso con seis cadenas perpetuas y creador de la banda Gangster Disciples de Chicago, con la que Kanye parece ahora tener buena relación. Temáticas confusas que no acaban de hacer el álbum muy cohesivo.

Dejando esto a un lado, podemos hablar de lo que sí hemos disfrutado en este “Donda”. El corte “Hurricane” lleva dentro la aportación de The Weeknd y de Lil Baby, y es el primero el que lleva la voz cantante con su estribillo. Los versos de Lil Baby y de Kanye, por su parte, no bajan el listón del canadiense. Justo después “Praise God” comienza con uno de esos discursos de Donda, que da paso a un potente trap liderado por Travis Scott y Baby Keem. De hecho es así tanto que Kanye sólo aparece en el estribillo. Travis tiene una gran actuación y Keem no lo hace mal hasta que decide distorsionar su voz a lo absurdo de lo agudo.


Después de cantos religiosos y algunos versos aburridos nos llega un soplo de aire fresco con “Believe What I Say”. El track ‘samplea’ a Lauryn Hill en “Doo Wop (That Thing)”, como ya hizo Drake con “Draft Day”. Esto da lugar a una base de house sobre la que Kanye vive algunos de sus mejores momentos en el álbum. Buenas vibraciones y ritmos realmente divertidos. 


Después de un muy mal llevado tributo a Pop Smoke entre medias, llega otro de los mejores momentos en el disco. “Come to Life” es un emotivo corte en el que Kanye desea haber escuchado más a su (ex)mujer Kim Kardashian y expresa no querer morir sin ella a su lado. Ye tiene una buena actuación en lo vocal y a mitad del tema, el piano y los synths aparecen para el colofón final, donde Kanye pone a su hija por encima de todo con la línea “Brought a gift to Northie, all she want was Nikes”.


Las segundas partes de las canciones “Ok Ok” y “Junya” mejoran notablemente a las primeras, con las apariciones de Shenseea y Ty Dolla $ign respectivamente, además de la extensión del verso de Playboi Carti en la segunda.


Por su parte, “Certified Lover Boy” no es nada que Drake no nos hubiera contado ya. El título puede dar la impresión de que estamos delante de un trabajo enfocado en el amor y el desamor, o por el contrario, en un alarde de su body countpero no es ninguna de las dos cosas y es las dos a la vez. El canadiense trata temas que ya han sido recurrentes a lo largo de su carrera: la fama, las mujeres y la confianza en él mismo y en los demás. A partir de estos tres ítems se estructuran las veintiuna canciones del álbum sobre unos ritmos, unos samples y unos flows que suenan al Drake de siempre. No sorprende, pero tampoco defrauda.

A través de una publicación en Instagram el cantante compartía que el largo surge de una combinación de “la masculinidad tóxica y la aceptación de la verdad, que es inevitablemente devastadora”. Tal vez esas declaraciones le sirven de cojín para cubrirse las espaldas frente a frases como “said that you are a lesbian, girl me too” o cualquier línea fuera de tono de alguno de sus colaboradores. Pero más allá de eso, en el álbum no se refleja ninguna revelación feminista más allá del momento pseudo-girlboss de “TSU”.


El trabajo cuenta con multitud de colaboraciones de artistas del gremio; Lil Wayne, Kid Cudi, Lil Baby, Young Thug o Jay Z son algunos de los nombres destacados. Las voces de r&b no pueden faltar en los trabajos de Drake y por ello, cuenta con el apoyo de Ty Dolla $ign y Giveon en un par de canciones. Yebba cuenta con su propio interludio titulado “Yebba’s Heartbreak” en el que ella y el piano son los protagonistas. “Fair Trade” con Travis Scott podría haber impactado más, pero suena bien. Sin embargo Tems es la que conforma una de las mejores colaboraciones en “Fountains”, un tema muy melódico al ritmo de influencias caribeñas que nos recuerda al Drake de “More Life”.


En cuanto a las canciones destacadas están claras las hechas para un éxito comercial, como la ya mencionadas “TSU” o “Way 2 Sexy”, así como la polémica “Girls Want Girls”. En muchas canciones del álbum, Drake utiliza el recurso del break a media canción para cambiar el beat y así lucirse tanto en los flows como en lo lírico y melódico. Lo escuchamos en “Race My Mind”, una canción con una temática simple pero con una atmósfera bonita y melódica en la primera parte que luego nos devuelve al rapero de siempre en la segunda. “N 2 Deep” también sigue una estructura similar con la asistencia de Future y unos arreglos vocales interesantes. 


Pero además de las canciones más armónicas, escuchamos al rapero haciendo lo propio en “No Friends In The Industry”, un tema con un flow que puede recordarnos al mítico “Energy” de “If You’re Reading This It’s Too Late”. Drake escoge en este trabajo abrir con un rap de intro (“Champagne Poetry”) y terminar con un tradicional rap de cierre (“The Remorse”) con agradecimientos al mánager incluidos.


Durante estos últimos años Kanye no lo ha pasado bien en lo personal, tanto con su salud mental como con su gente más cercana, y eso se ve reflejado en “Donda”. No se puede negar que todo lo que ha rodeado a este nuevo proyecto es una estrategia brillante al alcance de muy pocos, pero en lo estrictamente musical no es lo más boyante de su carrera ni mucho menos. 

En cuanto a Drake, aunque sepa como llevar un tema a lo más alto de las listas y el álbum sea disfrutable, el artista lleva estancado años en el mismo sonido y temáticas que ya no sorprenden.

Lo que mucha gente esperaba que fueran los dos mejores álbumes del año, en nuestra opinión, son proyectos mediocres viniendo de estos dos artistas. Este año han salido muchos otros álbumes de rap que rebosan mucha más originalidad e ideas y que parecen solapados por ellos, como pueden ser los proyectos de Doja Cat, BROCKHAMPTON, slowthai o Little Simz.

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