El cuarto disco de la cantante americana es un collage en el que por fin desata sus influencias más electrizantes y menos comerciales
Tras menos de dos años tras su exitoso último disco “Manic” y mientras ha estado atravesando un periodo de embarazo y una pandemia, Halsey ha sabido sacarse de la manga inteligentemente lo que ya se comenta que es el mejor disco en toda su carrera. “If I Can’t Have Love, I Want Power” es ya el cuarto largo de la cantante y las posibilidades que sigue ofreciendo como artista son apasionantes.
Como el “disco que siempre quiso hacer, pero pensaba que no era lo suficientemente guay”, Halsey tenía muy claro que no iba a alimentar a las masas de radio y buscaba “acordes extraños” sobre los que cantar. Para terminar de materializar esta idea de pop industrial le pidió ayuda a Trent Reznor y Atticus Ross, dos de los componentes del mítico grupo Nine Inch Nails, quienes han co-producido este “If I Can’t Have Love, I Want Power”.
No hay que dejarse engañar por la apertura (“The Tradition”) o el cierre (“Ya’aburnee”) del álbum, los cuales se presentan como canciones sencillas a piano y guitarra respectivamente. En el segundo corte “Bells In Santa Fe”, el piano que ayudó a empezar una historia a Halsey se va electrificando y cogiendo un aire más dramático, acompañándose además de melodías volátiles y envolventes. El ambiente hasta este momento suena bastante desolado para la cantante, pero esto se rompe en la rítmicamente penetrante “Easier Than Lying”, la cual contrasta altas tensiones en sus estribillos con vocales sosegados en los versos.
El rock ha sido elegido por Halsey como una de las piedras angulares de “If I Can’t Have Love, I Want Power”, y su presencia la podemos encontrar en otros destacados cortes como la Wolf Alice-y “You asked for this” que interpola punk y rock, la más comercial “honey”, el metálico single potencial “I am not a woman, I’m a god” o “The Lighthouse”, la cual es más oscura y glam, recordando a grupos como The Pretty Reckless.
Sin embargo, este cuarto disco de Halsey incorpora muchas más sorpresas especialmente “Girl is a Gun”, un track de vocales inocentes que se visten con ritmos gloriosamente variados que se asemejan al drum and bass. En “Lilith” la artista explora un hip hop lento con modificaciones vocales muy interesantes. En el otro lado del espectro está “Darling”, la sencilla balada folk en la que Halsey se acompaña de Lindsey Buckingham. “1121” y “Whispers” son dos tracks que exponen una gran sinergia de elementos. El primero es un dramático torbellino orgánico muy bien orquestado a nivel vocal e instrumental, y mientras que en el segundo se juega con los murmullos y ambientes más vibrantes.
El album irá acompañado de una película que se emitirá en cines seleccionados de todo el mundo. Como nos pillan lejos, hasta que podamos verlo en nuestras pantallas puedes escuchar “If I Can’t Have Love, I Want Power” al completo a continuación:
