Os contamos lo acontecido en la última celebración del festival madrileño, que tuvo que lidiar con los retos de una nueva localización
(Imagen de portada por Javier Bragado)
El Mad Cool Festival ha organizado un año más su particular celebración de la música, este 2023 en su nueva ubicación llamada “Espacio Iberdrola” cerca de Villaverde Alto y Getafe. Si bien es cierto que las opciones de transporte para ir eran bastante variadas, también hay que mencionar que es una zona bastante apartada de la capital a la que para llegar en transporte público había que ir con tiempo y bien armado de paciencia. Importante recalcar que este nuevo espacio carecía de parking, y si querías llevar el coche tenías que jugar a la gincana de calles cortadas y vallas que había en los alrededores.
Para volver, la paciencia necesaria con el cansancio acumulado era bastante mayor. Como es ya costumbre del festival, este se encargó de ofrecer lanzaderas gratuitas y mantener el metro abierto, esta vez y en teoría hasta las 4 de la mañana. El problema llegó, que sepamos por lo menos el tercer día, cuando la policía dijo a las 2:45 que “no hay más tu tía” y no pasaba nadie más. Teniendo en cuenta que el festival plegaba a las 2, que se tardaba unos 20-25 minutos andando en llegar al metro y que había que salir de una marabunta de 70.000 personas, el desafío para poder llegar a tu casa usando este medio de transporte era hercúleo.
En cuanto al acceso al recinto, la organización tuvo serios problemas para dejar entrar a las 65.000 de la primera jornada, algunas de las cuales relatan haberse desesperado hasta 2 horas en esa cola. Este problema se solventó para el resto de jornadas, en las cuales aumentaron en número de filas y personal. Lo que no mejoró a pesar de las numerosas quejas expuestas fue el hecho de que se pusiera una única zona de aseos en ese enorme recinto. Si bien es cierto que una vez dentro el número de aseos era inmenso, no es de recibo tener que moverte a un único punto independientemente de donde estuvieras, además de que había un único acceso y por momentos el primer día estaba paralizado por los guardias de seguridad.
En cuanto al reparto del espacio, la distribución de escenarios era correcta y en ningún concierto notamos un solapamiento del sonido o que este fuera muy bajo. Se trata de un espació más grande que el anterior en Valdebebas, sin embargo y de manera paradójica el desplazarse a través de este área especialmente el sábado se convertía en una pesadilla para muchos. No sabemos si la raíz de este problema ha sido la disposición o la cantidad de stands, puestos de comida y barras que había, pero lo que sí podemos confirmar es que llegó un momento en el que ir a la famosa noria o a beber agua era como estar avanzando entre el público de un concierto de manera permanente.
Y después de hacer un análisis del nuevo recinto y los puntos a mejorar que al fin y al cabo allí se tratan de minimizar o relativizar, ahora nos enfocaremos en la parte que más nos compete: la musical.
La jornada del jueves la comenzamos con el concierto de RAYE. La artista británica se encontraba extática: después de varios años martirizada por parte de su discográfica, esta la ha botado para empezar su carrera como artista independiente, lo cual le ha permitido lanzar su disco My 21st Century Blues y obtener su primer número 1 en listas. Con una puesta en escena y un vestuario típico de artistas de jazz, la artista revisó los principales éxitos de su álbum mientras contaba el pequeño background de cada canción de su setlist entre las que se encontraba por ejemplo el crudo relato de abuso ‘Ice Cream Man.’. A medida que avanzaba el concierto, el ambiente se invertía hacia lo más bailable pasando por los cortes más bailables de su álbum como ‘Black Mascara.’ así como revisaba algunas de sus múltiples colaboraciones house como ‘Secrets’ con Regard o ‘You Don’t Know Me’ con Max Jones. Mención aparte merecen los impresionantes vocales en vivo de RAYE, quien sigue permaneciendo en la sombra como una de las mejores vocalistas y compositoras de nuestra generación.
Llegamos a tiempo de disfrutar de la última parte del concierto de The 1975, quienes estaban presentando su disco más reciente Being Funny In A Foreign Language con unos arreglos y visuales mucho más sobrios que la última vez que les vimos rodeados de neones la última vez que les vimos en este mismo festival. Eso sí, sólo por disfrutar de ‘Somebody Else’ mientras el sol terminaba de caer mereció la pena el haberse pasado por ahí, uno de los momentos más mágicos del festival. A continuación, Sigur Rós dieron una clase maestra de rock progresivo, shoegaze y psicodelia en un concierto absorbente en el que los visuales y la iluminación envolvían un ambiente capitaneado por Jónsi, frontman y vocalista de la banda cuyo timbre agudo y capacidad pulmonar de atleta servían como principal foco de atención para hipnotizar. Llamó un montón la atención, además, la manera con la que tocaba la guitarra con el arco de un violín
A pesar de que no pudimos disfrutar de Rina Sawayama (un dolor muy grande ya que era nuestra mayor motivación del día), nos pasamos por el mítico escenario loop del Mad Cool conformado bajo una carpa para sacar nuestros bailes más disfrutones con el house de Purple Disco Machine y Honey Dijon. Este primero, además, sacó al escenario en un par de ocasiones a Sophie and the Giants para cantar ‘In The Dark’ e ‘Hypnotized’. Honey Dijon, por su parte, demostró una vez más su posición como una de las líderes del clubbing con una sesión plagada de ritmos ballroom, house y funk.
Para terminar atendimos el megashow de Lil Nas X, una de las principales atracciones del día como cabeza de cartel y que no decepcionó como tal. El rapero y cantante ofreció con su enorme presencia escénica un gran espectáculo que no dio opción al aburrimiento. En este, mientras repasaba su no tan amplia discografía, el americano se rodeaba de bailarines para entregar coreografías complejas, con varios cambios de vestuario, unos visuales dinámicos y figuras de diferentes animales con los que interactuaba de tanto en tanto.
El viernes, día que ya se iba notando un aumento en el volumen de gente, comenzamos nuestra jornada con el concierto de Sam Smith. Son ya 9 años desde que lx artista británicx se comenzara a popularizar con In The Lonely Hour, y desde entonces ha sabido mantener un status de superestrella respaldadx por todos los grandes trabajos que ha ido lanzando. Este hecho es importante para entender lo mágico y full circle moment que fuecuando aparecía en el escenario para cantar todos esos temas que nos llevan acompañando por tanto tiempo, siendo consciente de la importancia que tienen las canciones incluidas en ese primer álbum y otros importantes puntos de inflexión de su carrera tales como ‘Dancing With A Stranger’ o el más reciente ‘Unholy’. No faltaron tampoco los momentos más celebratorios de su carrera. Sam tiene un buen historial de buenos proyectos de house y estos se maximizaron en directo, disfrutando con toda su banda, coristas y el público temas como ‘Promises’, ‘Lose You’ o ‘Latch’.
Pudimos llegar para ver el último tramo de DJ Gigola. Se trata de una de las DJs club más punteras de la actualidad, y en su sesión del Mad Cool Festival brilló con ritmos enérgicos, luminosos y bailables. El dúo italo-español Delaporte, para sorpresa de nadie, dieron un concierto increíble en el pequeño tiempo que ocuparon. Se trata de uno de los actos que mejor sabe adaptar sus temas al formato en directo para crear una experiencia única y diferente, añadiendo interludios antes de llegar al último estribillo de sus canciones y explorando muchos géneros de la electrónica para montar una rave muy especial.
Romy, que sustituyó la baja de última hora de The Blessed Madonna, nos ascendió a través de un viaje de sensaciones eufóricas, sentimentales y bailables. La tercera parte de The XX está preparando su debut en solitario con temas propios y colaboraciones muy emotivas y bien trabajadas, para muchas de las cuales ha contado con la ayuda de Fred again… Estas fueron las encargadas, junto a otros edits pop de eurodance, trance, house o disco de crear una experiencia única que versatilidad aún más a esta gran artista. Y para cerrar el día pudimos llegar al cierre con RÜFÜS DU SOL, quienes nos siguieron manteniendo emocionados mientras repasaban momentazos como el himno de culto ‘Innerbloom’. Contaban con uno de los juegos de luces más impresionantes del festival, creando una experiencia mucho más inmersiva si cabe disparándonos con unos láseres envolventes.
La jornada del último día en el Mad Cool Festival la vivimos con Years & Years, y la verdad que nos dio mucha pena la bajada de nivel de show en comparación con el que vimos la última vez que se pasaron por el festival cuando aún eran una banda. Ahora, aunque Olly Alexander defendía a la perfección los innumerables éxitos de su carrera con una buena presencia escénica, es imposible no compararlo a la gran puesta en escena con mayor presupuesto, cambios de vestuario o bailarines que nos ofrecieron en 2019.
A continuación nos pasamos por el loop para disfrutar del set de Dennis Sulta. El mítico DJ ofreció música voluminosa, melodías soleadas y ritmos con mucho groove que crearon una atmósfera muy buenrollera que aderezaba con alguna incursión de bailarines vestidos de bola de espejos. Tal vez poco dinámico por momentos y demasiado anclado a algunos loops, progresiones o canciones que terminaban pesando, pero la sensación al irnos fue muy buena. A continuación, M.I.A. hizo lo suyo en el escenario principal con uno de los shows más políticos del festival y un contacto estrecho con el público, con visuales psicotrópicas no aptas para daltónicos ni epilépticos y una elección de canciones en las que exploraba todas sus influencias globales.
Mientras el 80% del festival atendía el concierto de los Red Hot Chilli Peppers, nosotros como ya les hemos visto con anterioridad optamos por la opción más disfrutona: Ava Max. En su corta carrera ahora con dos discos, la cantante americana ha acumulado una montaña de canciones adictivas y bailables como nadie. Con esta materia prima, unos visuales dinámicos y llamativos y un grupo de bailarinas era lo único que le hacía falta para hacer de la experiencia en directo un show perfecto.
Para terminar, otra tercera parte de The XX, Jamie XX, cerraba el escenario Comunidad de Madrid de la mejor manera posible. Jamie, que es autor de uno de los considerados mejores álbumes de electrónica del siglo XXI, impartió una clase maestra de ritmos garage con sentimiento, fusionando el resto de sus influencias como los clásicos noveleros, el soul, el hip hop o el drum & bass. Los haces de colores vivos bañaban al público creando un ambiente embriagador y de ensueño mientras orquestaba momentos mágicos como el de ‘God’ o el ‘Ritmo de la Noche’ de Lorca. El tiempo parecía pararse, pero a la vez éramos conscientes de que el Mad Cool Festival llegaba a su final, eso sí, con un gran sabor de boca.
El evento tiene varias cosas que apuntar y seguro sabrán saldar de cara al próximo año, pero lo realmente importante que es la música estuvo a la altura.
Os dejamos para finalizar una pequeña galería con más imágenes de nuestro fotógrafo, Roberto García (@__Assenzio):
