Solemos escuchar música electrónica sin comprender realmente sus orígenes reales. Hoy veremos qué fue la música concreta y por qué fue una de las bases de la música electrónica
La música concreta es un género musical cuyos fundamentos teóricos y estéticos fueron originados por Pierre Schaeffer en los estudios de la radiodifusión francesa en 1929. Ligada a la aparición de dispositivos que permitieron la descontextualización de un sonido fijándolo en un soporte (en un principio analógico, como la cinta, posteriormente digital, como el CD) con el fin de tratar este sonido de manera separada y manipularlo cortándolo, pegándolo, superponiéndolo y finalmente combinando los sonidos resultantes de estas operaciones de alteración en una estructura compleja y definitiva como una partitura auditiva.
Pierre Schaeffer, fue un compositor francés, considerado el creador de la música concreta. Autor del libro titulado “tratado de los objetos musicales”, en donde expone toda su teoría sobre este tipo de música. Compuso distintas obras todas ellas basadas en la técnica de la música concreta. De entre ellas cabe destacar su estudio para locomotoras.
En efecto, fue el personaje principal en retomar las ideas de nuestro querido Russolo (del que hicimos un artículo el cual podéis leer pinchando aquí). Formado como ingeniero, Schaeffer comenzó a trabajar en 1946 en la Office de Radiodiffusion Télévision Française de París. Allí dispuso de todo el soporte técnico para iniciar sus investigaciones en cuanto a la manipulación y edición de sonidos pregrabados. Dicha manipulación, respondía a cuatro variables, las únicas posibles en la época:
-Corte y montaje de porciones de sonido
-Variación de la velocidad de la grabación
-Inversión de la pista de sonido
-Combinación distintos sonidos
Mediante esta fórmula Schaeffer fundó lo que él mismo bautizó como musique concrète (música concreta). Esta se caracteriza por el hecho de utilizar sonidos naturales grabados mediante micrófono y posteriormente tratados para construir una pieza musical.
La invención del magnetófono significó que hasta el más simple de los sonidos, podía ser transformado.
En 1949, Schaeffer se unió al compositor y percusionista Pierre Henry (nacido en 1927) quien también se sentía atraído por las nuevas formas de producir música. Juntos compusieron una de las obras más emblemáticas de la “música concreta”: “Symphonie pour un homme seul”. Esta composición se basa en el tratamiento de la grabación de distintos sonidos vocales, que no necesariamente son cantados, sino que incluye tanto texto hablado como el sonido de la respiración, la risa u otros. Asimismo, otros sonidos acompañan la pieza, tanto musicales (p.ej.: las notas de un piano), como ambientales (p.ej.: el ruido de unos pasos).
De la unión entre Schaeffer y Henry surgió también la fundación del Groupe de Recherche de Musique Concrète (GRMC, “Grupo de investigación de música concreta”) en 1951. Por él pasaron diversos compositores clave de la música contemporánea de la segunda mitad del siglo XX, como Iannis Xenakis o Oliver Messiaen.
Edgar Varèse encontró en el GRMC las posibilidades técnicas mediante las que finalmente pudo romper su silencio compositivo y dar respuesta a las inquietudes sonoras que en él se despertaron treinta años atrás. Con “Deserts” (1954), Varèse inauguró una nueva etapa centrada en la música electroacústica (composiciones en cuya realización se combinan elementos de la instrumentalización tradicional con recursos electrónicos, tanto sea “música concreta” como “música electrónica”), que culminó con la pieza “Poème électronique”, compuesta para el pabellón Phillips de la Exposición Universal de Brusselas de 1958.
Otro compositor que se sirvió del estudio de Schaeffer y Henry fue Karlheinz Stockhausen (1928-2007), quién realizó allí su primera obra electroacústica “Étude” (1952); el primer paso del compositor cuya aportación generaría el origen de la música electrónica tal como la conocemos hoy en día.