‘Marquitos’ vivió e hizo vivir al público madrileño una de las noches más especiales de su carrera
ODDLIQUOR es uno de esos artistas a los que les queda perfecta la etiqueta de músico. Productor, cantante, compositor y todo lo que se le ponga por delante, lo de Marcos es una carrera de resistencia que da sus frutos. Con música y un show de altura, así lo demostró el pasado 18 de febrero en la Sala Copérnico.
Camino a su nuevo disco con una amalgama de nuevos sonidos que están gustando mucho, ‘Marquitos’ tenía por delante uno de los mayores y más especiales conciertos de su vida. Su familia presente, la sala más que llena y un ambiente en el que se notaba la energía que luego se desplegaría, desde antes de que empezara el bolo. En el escenario los instrumentos esperan, y en la pantalla las visuales y el sonido nos sitúan en medio de una tormenta. Luces tenues, imágenes de un huracán y una banda sonora que nos mantiene en tensión son los ingredientes de los primeros minutos del show. De pronto, aparece la banda conformada por Omar Alcaide, Juan Arance, Alex Moreno, Khotton Palm y cómo no, ODDLIQUOR. Su apariencia es digna de exploradores que no saben muy bien cómo han llegado aquí, pero su actitud rápidamente deja claro que no dudan de a qué han venido.
Suena ‘Umami’ y el concierto arranca con una energía espectacular. Desde las primeras filas, el público enloquece a ritmo de la chulería de ‘Porno’, el rapeo de ‘Flashes’ y la autocompasión de ‘Idiota’. El recital se crece con canciones como ‘Nueva en la ciudad’ y ‘Ojalá hubiera sio más fácil’, con la emoción de Marcos y la de los asistentes a flor de piel.
El de Parla fluye como el que lleva toda la vida encima de un escenario, alternando ritmos y sentimientos tan diferentes como el sentido ‘No se lo digas a Mamá’, la bachata bailada de ‘amor propio’ o el despliegue de buen gusto y de buena banda de ‘No voy Patrás’. Nos sorprende Khotton Palm, que pasa de ser el apoyo vocal a ser el protagonista con su single ‘STRESSSS’, también nusar3000 con un remix inédito y el amor de músico a músico desde la distancia con la escucha de un tema de Sr. Chen. Cierto es, que el brillante sonido que percibimos desde las primeras filas no era el recibido desde la parte más alejada del escenario debido al sonido de la sala.
La inmensa emotividad vivida durante el concierto llegó a su punto álgido hacia el final. ODDLIQUOR se dirige directamente a su madre para decirle algo que sonaría más habitual de madre a hijo, pero que en este caso, cambian los papeles para hacer referencia a la progresión de su carrera: “¿Ves como se podía?” (Dirigiendo su mano hacia el público). Imposible para ella retener las lágrimas de felicidad al ver como cientos de personas se volcaron con su hijo.
Emocionado como nunca, ODDLIQUOR bajó del escenario para cerrar entre el público que tanto calor le había dado esa noche. “¡No me quiero ir!”, decía abandonando ya la tarima para ir a abrazarse con los suyos, dejando implícito una vez más que acababa de vivir una de sus experiencias más especiales con el micro en la mano.
