El americano lanzó dos álbumes prácticamente a la vez, Quest For Fire y Don’t Get Too Close

Como hemos visto en otras muchas ocasiones con artistas que triunfan a niveles estratosféricos, los niveles de fama y de presión que afectan sobremanera a la salud mental les sobrepasan, y la decisión a tomar es ‘desaparecer’ un tiempo o pasar a un segundo plano más discreto. En su caso, Skrillex revolucionó por completo lo que conocemos hoy día como música electrónica, hace ya más de una década. 2013 fue el año que vio nacer el último disco en solitario del artista, hasta ahora. Durante todos estos años y según él dio a entender en su cuenta de Twitter, ha tenido sus idas y venidas, con momentos mejores y peores, pero fue el año pasado donde ocurrió su punto de inflexión. Su madre falleció y según Sonny nunca se enfrentó a esa realidad, aunque congeló sus proyectos y su carrera porque se sentía “sin ningún impulso ni propósito en su vida”. Ha sido ahora en 2023, después de trabajar en sí mismo y encontrar paz, que podemos presenciar el regreso de Skrillex.

Desde hace tiempo sabíamos que Skrillex tenía previsto lanzar dos álbumes este año; uno con un sonido más puramente electrónico, y otro más hacia sonidos pop. Lo que no esperábamos era que fueran lanzados con un día de diferencia. A pesar de ser discos muy distintos, encontramos colaboradores en común como Bobby Raps, Swae Lee, BEAM o Bibi Bourelly.

Quest For Fire

Desde su vuelta, Skrillex parece estar muy apegado a un sonido pensado para los clubes, además de no separarse de los artistas Fred again.. y Four Tet, en los que parece haber encontrado dos grandes amistades. Esto parece que ha inspirado Quest For Fire, un álbum en el que la mayoría de tracks mejoran mucho si son escuchados desde el maravilloso ambiente común de éxtasis que se crea en las salas.

El mayor ejemplo de esto es uno de los temas más esperados y que sirvió de adelanto, ‘Rumble’ con Fred again.. y Flowdan. El pulido sonido deep, las vocales de Flowdan y el acertado build up nos transportan a ese famoso momento de locura de Fred again.. pinchándolo en su Boiler Room; pero sin esa imagen en nuestra cabeza, no es el track más atractivo para escuchar en los cascos en un contexto cotidiano. Pierde fuerza.

Otro estilo muy presente en este disco es uno que Skrillex rescata directamente de su álbum como Jack Ü junto a Diplo, pero actualizado al 2023. ‘RATATA’ con Missy Elliot y Mr. Oizo, ‘Inhale Exhale’ con Aluna y Kito, ‘Good Space’ con Starrah y ‘XENA’ con Nai Barghouti se basan en ese trap electrónico de antaño con elementos del dubstep, voces ‘chopeadas’ y un sonido muy festivalero. De hecho, Aluna y Missy Elliot ya participaron en ese álbum de Jack Ü en 2015; incluso nos recuerda al sonido de Getter y SNAILS, también muy significativos en aquellos años.

Lo mejor de este LP llega con temas como ‘Tears’, donde colaboran Joker y Sleepnet (Nik Roos, ex Noisia). La gran y compleja producción y el estilo tétrico de este track son son realmente destacables. Noisia también está presente en ‘Supersonic (my existence)’, adelanto que conocemos de hace tiempo y también es espectacular.

En el resto de tracks, Skrillex se mueve libremente por distintos géneros. Desde un muy buen drum n’ bass apoyado por Posij en la nueva versión de ‘TOO BIZARRE’, al bass house de ‘Leave Me Like This’, pasando por temas ligeros como ‘Butterflies’ o ‘Still Here’, que cierra el proyecto.

Don’t Get Too Close

El ‘otro lobo’ dentro de Skrillex le ha llevado a seguir la senda de la música actual en general, la de introducirse en sonidos urbanos y poperos. En Don’t Get Too Close vemos menos experimentos y malabares en cuanto a estilos. Entre el sexto y el noveno tema encontramos muchos colaboradores: Kid Cudi, Chief Keef, Justin Bieber, Don Toliver, Corbin… Pero todos guardan un sonido bastante similar; un pop ‘traperizado’ con distintos tintes según el tema (más hyperpop, más R&B…). Todo suena bien, pero nada sorprende.

En cambio, cuando ese pop vira más hacia lo electrónico, encontramos canciones más destacadas. ‘Way Back’ con la magnífica PinkPantheress y el polivalente Trippie Redd tiene ese tándem de pop y UK garage que tanto le gusta a PinkPantheress y que en este caso tampoco falla. ‘Mixed Signals’ con Swae Lee se vuelve a esa fórmula pero con un tono distinto, un sonido más uplifting y más electrónico.

En este álbum también hay hueco para lo dancy.‘Selecta’ junto a BEAM deja un house muy veraniego y tropical gracias a las vocales ‘a lo jamaicano’ de BEAM. Un track que podríamos haber encontrado en Honestly, Nevermind de Drake, pero a lo Skrillex. En la unión junto a la Drain Gang, ‘Ceremony’, Skrillex se apoya en Yung Lean y Bladee para otro corte bastante bailable. Justo después, continúa en ‘Real Spring’ con Bladee, esta vez con el trap, tanto urbano como electrónico de por medio.

Tanto Quest For Fire como Don’t Get Too Close suenan muy bien y son disfrutables, y tienen highlights, lógicamente; pero no aportan nada nuevo. Tampoco le podemos achacar nada por ello; Skrillex ya revolucionó la electrónica hace más de diez años y ha dejado firmado un legado de leyenda, no tiene sentido exigirle que lo vuelva a hacer a estas alturas de su carrera. Asimismo, no por ser Skrillex vamos a hablar de estos álbumes como el pináculo de la música, puesto que son cosas que estamos acostumbrados a escuchar diariamente. Quizá sea él el que se nutre ahora de la inspiración de los nuevos artistas y no al revés, como ha sido durante mucho tiempo.

Sea como fuere, sin duda lo mejor de este regreso ha sido volver a ver a un Skrillex activo y feliz, viajando por el mundo y dando shows con sus amigos y para sus fans. No es un artista emergente que vaya a mover una nueva escena, es un artista de 35 años que se ha ganado el respeto de todo el mundo de la música y que ahora está en un buen sitio mentalmente para hacer lo que le plazca, y nosotros nos limitaremos a disfrutarlo.