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I Love by DJ Nano fue el ejemplo de cómo deben volver los conciertos

“La fiesta más bonita del mundo” volvió al WiZink Center después de unos duros meses para el país, con DJ Nano como anfitrión de fiesta.

En los tiempos en los que nos encontramos debemos priorizar la salud por encima de todo lo demás. Queremos que vuelva el ocio, los conciertos, las fiestas con los amigos, pero debemos ser responsables. Esto debe ser en lo que se pensó a la hora de hacer esta nueva edición de I Love by DJ Nano, ya que pudimos volver a disfrutar de la música en vivo con todas las garantías de seguridad sanitaria.

El enorme WiZink Center de Madrid acogía el pasado sábado la vuelta a las cabinas de DJ Nano, con su propia fiesta I Love. Cuando este evento se anunció se dejó claro que las medidas de seguridad iban a ser la principal prioridad a la hora de organizarlo, y hemos podido comprobar que así fue. Butacas asignadas a cada asistente, mascarilla obligatoria hasta llegar al asiento, separación más que suficiente entre las butacas disponibles, renovación del aire del pabellón… Y para más seguridad, también se pudo disfrutar del evento mediante streaming desde casa.

Fotos por Jonathan Ferrer

Para acceder a la fiesta lo primero sería la desinfección de manos y zapatillas a la entrada del recinto. Los acomodadores dieron indicaciones en todo momento para llegar lo más rápido posible a la butaca, y una vez en ella pudimos comprobar que el aforo se había reducido muy notablemente para este evento, ya que la mayoría de butacas estaban precintadas. En el asiento designado los asistentes se podían poner de pie para bailar -de hecho prácticamente nadie se mantuvo sentado- y quitar la mascarilla, todo esto teniendo en cuenta que no se podían desplazar de su butaca ni moverse a otras partes del recinto (excepto puestos de comida y bebida y baños).

Viendo todas estas medidas y mirando alrededor del WiZink, los asistentes pudieron centrarse en disfrutar de la música desde el momento en el que llegaron a su butaca. Es por ello que desde antes de las nueve de la noche estuvimos calentando con los ritmos que nos ofreció Jose M Duro.

Este I Love fue sin duda algo diferente y como dijo Nano en varias ocasiones, “no es la fiesta que nos hubiera gustado hacer, pero sí una muy especial”. La parte visual jugó un gran papel en el evento y es que pudimos ver una elaboradísima introducción en vídeo para el set de DJ Nano. Un vídeo emotivo que hablaba sobre el reencuentro en las pistas de baile que todos estábamos esperando.

Después de este vídeo apareció nuestro querido Nano a escena y comenzó a sonar la música que tanto añorábamos. Pronto pudimos escuchar a Nano por su inseparable micrófono animando el evento. “¡Esos brazos arriba!” “¡Arriba Madrid!”. A pesar de haberlo escuchado cientos de veces, lo echábamos mucho de menos.

Con motivo de I Love, en la sesión -que duró dos horas y media- escuchamos “las canciones más bonitas de la historia”. Mucha electrónica antigua, muchas vocales preciosas, muchos ritmos tranceros y festivos… Pero si hubo un momento especialmente bonito fue cuando comenzó a reproducirse otro vídeo en las pantallas. Este daba las gracias a personal sanitario y a todos los que han estado luchando en primera fila durante la cuarentena. Después del vídeo, DJ Nano entregó una placa “en nombre de la música de baile” para reconocer su esfuerzo a Marisol Neria, una de las responsables del hospital que se montó en IFEMA, y a Cristina Bermejo, de geriatría del hospital Puerta de Hierro. Sin duda un momento precioso que recordaremos por mucho tiempo.

Continuaba la música en el WiZink y entre todos los temas sonó uno del nuevo disco de DJ Nano que también es bastante especial. El tema se llama “Travis” y va dedicado a su hijo. “I Love Travis”, se podía leer en las pantallas del recinto. Como siempre, Nano cuidando de los suyos.

“Désenchantée” de Kate Ryan no podía faltar, la fiesta ya estaba más que encendida y se podía respirar el ambiente de disfrute. Como penúltimo tema, DJ Nano quiso aportar todavía mas emoción con “Viva La Vida” de Coldplay.

Cuando el espectáculo acabó, los acomodadores se encargaron de que el público saliera por turnos según los sectores, para evitar los acumulamientos en las salidas.

No podríamos haberle pedido más a la vuelta de la electrónica a los grandes espacios. Segura, emocionante y sobretodo muy divertida. ¡Esperamos que sea la primera de muchas a partir de ahora!

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