El productor estadounidense vuelve al formato largo con su tercer álbum de estudio, cinco años después del último

El nombre de RL Grime es uno de los que hay que poner en valor cuando hablamos de grandes productores en la electrónica. Sin estar dentro del mainstream pero con una larga base de fans acumulada durante los años, RL Grime se ha mantenido fiel a su estilo pero siempre buscando como darle enfoques nuevos. Ya con su primer álbum en 2014, artistas de la talla de Boys Noize o Big Sean le daban su respeto y trabajaban con él, y en 2018 con NOVA le vimos explotar aún más, acumulando colaboraciones con Chief Keef, Miguel o Ty Dolla $ign.

Con este contexto pareciera que RL Grime produce rap y aunque lo cierto es que en su último disco se acercó más a ritmos urbanos, lo suyo siempre ha sido la electrónica más movida. Este nuevo largo llamado PLAY despeja cualquier duda al respecto y lo hace divido en tres partes de exactamente ocho canciones cada una, haciendo un total de 24 tracks. Estas divisiones toman los nombres de ‘APEX’, ‘GRID’ y ‘RUSH’ y aunque comparten subgéneros y estilos electrónicos, marcan diferenciaciones importantes para entender el proyecto.

PLAY empieza muy arriba, con un RL Grime desplegando un buen abanico de temas para las pistas de baile, en concreto las de los clubes. También nos presenta aquí algunos de los estilos que nos acompañarán durante todo el disco, como son el breakbeat, el future bass o el trap electrónico. El track ‘Zone’ por ejemplo, nos atiza con unos drops de breakbeat directos y potentes. Por otro lado, en ‘Runner’, pasamos de escuchar una intro ‘trancera’ a un future bass inconfundible por su parte, para después acabar con techno. Esto del techno también ocurre a continuación en ‘Breach’ junto al productor Juelz, ya que después de un trap más al uso cierran con acid techno.

Ritmos desenfrenados, apabullantes y perfectos para escuchar en grandes altavoces. En esta parte incluso escuchamos dubstep por parte de RL Grime, tanto en ‘NME’ junto a JAWNS, como en el tema que cierra esta fase llamado ‘Delta’, donde con ayuda de un sample árabe que resulta familiar nos planta un riddim inesperado a la par que bien ejecutado.

En ‘GRID’, el segundo tercio del proyecto, el primer cambio sustancial y que salta a la vista es que encontramos hasta seis colaboraciones, las únicas a lo largo de todo el álbum. Nombres de relevancia como el de 070 Shake, Baauer o 1nonly llaman la atención. Aquí empezamos escuchando un house muy bailable acompañado de vocales que rebaja la intensidad de lo anteriormente escuchado, aunque es algo momentáneo. ‘Borderline’ junto a Montell2099 y EMELINE contiene un future bass punzante aunque melódico que suena de maravilla.

El álbum continúa su buen curso con temas como ‘Slow Dive’ con Bea Miller en las voces, donde RL Grime va un paso más allá del breakbeat y nos lanza un divertido drum n’ bass. También muy bueno el future bass en ‘Pour Your Heart Out’ con 070 Shake, el variado ‘Lose My Mind’ con Reo Cragun o el hardance con el que cierra esta segunda fase. La colaboración con 1nonly, la más floja de estas.

En el último tramo llamado ‘RUSH’ empezamos a notar la bajada de pulsaciones. La primera canción ‘I Think I’m Getting Emotional’ nos deja un house muy tranquilo, al igual de tranquilo que el breaks de ‘Metro North’. No hay nada de malo en que el disco siga el camino de ir de más a menos intensidad, pero lo cierto es que estos tracks más pausados también resultan más insípidos. Por suerte este final lo salvan temas de nuevo más eléctricos como ‘Push’, con su house acelerado y atractivo y ‘Hikari’, sacando de nuevo el breakbeat más descarado. La canción de cierre tampoco llama excesivamente la atención.

Después de varias escuchas a este PLAY de RL Grime, las conclusiones a las que podemos llegar es que es normal que en un álbum de 24 canciones haya ‘skips’. Lo bueno es que en este se acumulan sobre todo al final del mismo y al estar dividido en tres partes, podemos escucharlas en las plataformas de streaming por separado. Quitando el desinflado del final, RL Grime ha vuelto por todo lo alto regalándonos una gran colección de canciones para los amantes de la electrónica de baile, la que te electrifica el cuerpo cuando la escuchas. Quizá cinco años de espera han sido demasiados, aunque en ese tiempo le hemos visto formar su propio sello, Sable Valley, donde ahora firma su esperado regreso. Sea como fuere, siempre es una buena noticia volver a recibir música de un productor tan talentoso como es RL Grime, por lo que la espera ha merecido la pena.